La relación de incidentes y vejaciones es larga e incluye palizas, agresiones sexuales, ataques verbales y marginación generalizada por parte de los otros refugiados.
Carmen Valero | El Mundo, 2016-02-22
http://www.elmundo.es/internacional/2016/02/22/56cb33a7268e3e30368b4586.html
La ciudad-estado de Berlín contará a partir de mañana con un centro de acogida específico para refugiados homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales que evitará las situaciones de discriminación, acoso y violencia que viven muchas de estas personas en los albergues.
"Tienen miedo. Los albergues están masificados y basta con que una minoría haga comentarios impropios sobre su sexualidad para que no duerman tranquilos o se atrevan a ir al baño", afirmó el Mahmoud Hassino, sirio con estatuto de refugiado en Alemania desde 2014 y en la actualidad miembro de la Asesoría de Homosexuales de Berlín, organización que gestionará el albergue, el primero de esa índole en este país.
La relación de incidentes y vejaciones es larga e incluye palizas, agresiones sexuales, ataques verbales y marginación generalizada por parte de los otros refugiados, actos que raramente denuncian a la policía porque, según Hassino, temen que eso pueda perjudicarles.
La mayoría calla y no soló ante la Policía, sino también ante los agentes sociales presentes en los centros, en algunos de los cuales viven en una misma sala hasta 400 personas, porque la homosexualidad está criminalizada en nuestros países y es algo que te obligan a interiorizar, sostuvo Hassino.
Eso dificulta la "detección" en los albergues de los casos que necesitan especial protección, un obstáculo que la Asesoría de Homosexuales y los asistentes sociales intentan paliar con la distribución de folletos, acciones a través de las redes sociales o entrevistas personales.
El centro, cuya dirección postal se mantendrá en secreto para garantizar el anonimato de sus inquilinos aunque se conoce el distrito de la ciudad donde está emplazado, tendrá una capacidad de 122 plazas en 29 apartamentos de dos o tres habitaciones y su financiación correrá a cargo del senado berlinés.
Las autoridades reconocen así que homosexuales, lesbianas y transexuales conforman un "grupo social de protección especial" por ser especialmente vulnerables a la estigmatización y la violencia" en sus países de origen y en los de acogida.
El director del departamento de refugiados de la Asesoría de Homosexuales de Berlín, Stephan Jäkel, calcula que alrededor del 10% de los casi 80.000 demandantes de asilo y refugio registrados en Berlín son homosexuales, lesbianas, transexuales e intersexuales, lo que supondría una horquilla de entre 3.500 y 6.000 personas. Dos tercios serían homosexuales.
De ajustarse a la realidad ese cálculo, el albergue que mañana se inaugura con el traslado de los primeros 20 refugiados, todos varones jóvenes menos una mujer lesbiana, se queda pequeño, por lo que los asistentes sociales que trabajan en los centros de acogida y la Asesoría de Homosexuales deberán dar prioridad a los casos más urgentes.
Jäkel destacó en ese sentido que la "comunidad" también se ha movilizado y en estos momentos hay entre 50 y 10 refugiados homosexuales, lesbianas y transexuales viviendo en domicilios privados.
A ello se suman los refugiados pertenecientes a estos colectivos que ante la necesidad de sacarlos de los albergues reciben de parte de la Oficina de Sanidad y Asuntos Sociales (LeGeSo), donde se centraliza el registro de los solicitantes de asilo, bonos canjeables por estancia en hostales.
El albergue, además de una estadía entre iguales, contará, como cualquier otros con vigilancia 24 horas, zonas comunes y una sala donde se impartirán clases de alemán y materias que faciliten la integración de estos refugiados en Alemania.
Un primer paso en esa dirección se dio este fin de semana con la celebración de jornadas de puertas abiertas para los vecinos del albergue conocieran el proyecto y las razones del mismo.
Según Jäkel, la acogida fue buena y aunque nunca se sabe, partimos de la base de que no habrá manifestaciones de intolerancia y xenofobia.
"Tienen miedo. Los albergues están masificados y basta con que una minoría haga comentarios impropios sobre su sexualidad para que no duerman tranquilos o se atrevan a ir al baño", afirmó el Mahmoud Hassino, sirio con estatuto de refugiado en Alemania desde 2014 y en la actualidad miembro de la Asesoría de Homosexuales de Berlín, organización que gestionará el albergue, el primero de esa índole en este país.
La relación de incidentes y vejaciones es larga e incluye palizas, agresiones sexuales, ataques verbales y marginación generalizada por parte de los otros refugiados, actos que raramente denuncian a la policía porque, según Hassino, temen que eso pueda perjudicarles.
La mayoría calla y no soló ante la Policía, sino también ante los agentes sociales presentes en los centros, en algunos de los cuales viven en una misma sala hasta 400 personas, porque la homosexualidad está criminalizada en nuestros países y es algo que te obligan a interiorizar, sostuvo Hassino.
Eso dificulta la "detección" en los albergues de los casos que necesitan especial protección, un obstáculo que la Asesoría de Homosexuales y los asistentes sociales intentan paliar con la distribución de folletos, acciones a través de las redes sociales o entrevistas personales.
El centro, cuya dirección postal se mantendrá en secreto para garantizar el anonimato de sus inquilinos aunque se conoce el distrito de la ciudad donde está emplazado, tendrá una capacidad de 122 plazas en 29 apartamentos de dos o tres habitaciones y su financiación correrá a cargo del senado berlinés.
Las autoridades reconocen así que homosexuales, lesbianas y transexuales conforman un "grupo social de protección especial" por ser especialmente vulnerables a la estigmatización y la violencia" en sus países de origen y en los de acogida.
El director del departamento de refugiados de la Asesoría de Homosexuales de Berlín, Stephan Jäkel, calcula que alrededor del 10% de los casi 80.000 demandantes de asilo y refugio registrados en Berlín son homosexuales, lesbianas, transexuales e intersexuales, lo que supondría una horquilla de entre 3.500 y 6.000 personas. Dos tercios serían homosexuales.
De ajustarse a la realidad ese cálculo, el albergue que mañana se inaugura con el traslado de los primeros 20 refugiados, todos varones jóvenes menos una mujer lesbiana, se queda pequeño, por lo que los asistentes sociales que trabajan en los centros de acogida y la Asesoría de Homosexuales deberán dar prioridad a los casos más urgentes.
Jäkel destacó en ese sentido que la "comunidad" también se ha movilizado y en estos momentos hay entre 50 y 10 refugiados homosexuales, lesbianas y transexuales viviendo en domicilios privados.
A ello se suman los refugiados pertenecientes a estos colectivos que ante la necesidad de sacarlos de los albergues reciben de parte de la Oficina de Sanidad y Asuntos Sociales (LeGeSo), donde se centraliza el registro de los solicitantes de asilo, bonos canjeables por estancia en hostales.
El albergue, además de una estadía entre iguales, contará, como cualquier otros con vigilancia 24 horas, zonas comunes y una sala donde se impartirán clases de alemán y materias que faciliten la integración de estos refugiados en Alemania.
Un primer paso en esa dirección se dio este fin de semana con la celebración de jornadas de puertas abiertas para los vecinos del albergue conocieran el proyecto y las razones del mismo.
Según Jäkel, la acogida fue buena y aunque nunca se sabe, partimos de la base de que no habrá manifestaciones de intolerancia y xenofobia.
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