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Andrea Puggelli · Activista italiano LGTBQI | 1 de cada 10, 20 Minutos, 2016-02-23
http://blogs.20minutos.es/1-de-cada-10/2016/02/23/gais-migrantes-el-dificil-reto-en-los-centros-de-asilo/
Sirio, homosexual, 20 años. Omar ha solicitado asilo político en los Países Bajos. Su sueño se quebró ‘gracias’ a la sociedad holandesa, y sobre todo al acoso de sus propios compañeros.
Holanda fue el primer país del mundo que aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo en 2001. Si embargo, la situación -según denuncian las ONGs de defensa de los derechos de las personas LGTB- en sus centros para solicitantes de asilo sobre la aceptación de la diversidad sexual deja mucho que desear: “ver en los Países Bajos, el país de la libertad de expresión, el acoso gay, para mi fue una locura” se quejó Omar. “Me sorprendió que estas personas, después de pasar por todo lo que han tenido que pasar, me acosarán por ser gay”.
Omar explica que eligió viajar a los Países Bajos después de “estudiar” -a través de Internet- cuál era el grado de libertad de las personas gais en Holanda: “Leí artículos diciendo que los Países Bajos eran muy tolerantes con los homosexuales y que Amsterdam era la capital de la comunidad LGBT.” Pero la situación que se ha encontrado es muy diferente dentro de los centros para los solicitantes de asilo. Cuenta como él huyó de la guerra y de la intolerancia pero que en el propio centro, otros sirios, le amenazaron con matarme solo por ser gay.
Con los auriculares en los oídos, Omar se quedaba en su habitación, evitando la compañía de otros solicitantes de asilo. "He tenido la suerte de no haber sido asaltado físicamente" dice el joven, que finalmente encontró refugio en casa de Lianda, una chica lesbiana holandesa de 25 años, que le ofreció un techo. Todo gracias al apoyo de la asociación de defensa de los derechos de los homosexuales COC que investigó como la violencia contra los gays por parte de algunos migrantes era debida a su orientación sexual.
El periódico holandés AD ha hablado, en una artículo sobre el tema de los refugiados LGTB, del acoso que estos sufren: ropa quemada, camas ensuciadas con excrementos y alimentos caducados. El periódico dijo también que otros inmigrantes homosexuales se alejaron hace una semana del centro por el miedo a regresar a su habitación. Al igual que Omar, finalmente encontraron hospitalidad en casa de un holandés.
Otra asociación LGTB, la Secret Garden Foundation, asegura que dos inmigrantes gays han intentado suicidarse. La COC recogió 14 quejas, desde mediados de octubre hasta finales de diciembre. “Tememos que esto es sólo la parte visible del iceberg”; dijo el director Koen van Dijk, señalando que la mayoría de los homosexuales migrantes no denuncian por temor a represalias o por no saber adonde acudir. “Yo creo que los LGBT huyen a otro país más seguro que el suyo, pero si vienen a los Países Bajos, obviamente se esperan un país seguro y acogedor para ellos” dice.
Frente a estos problemas, el Ayuntamiento de Amsterdam ha puesto a disposición desde octubre a diciembre dos casas “refugio” para diez migrantes gay: una medida “de emergencia” frente a una situación “difícil”, según una portavoz. El mismo Ayuntamiento dice que está listo para poner en práctica otras “soluciones a medida” si es necesario.
Los homosexuales que habían sido alojados en estos refugios temporales, ahora han sido reunidos en centros más adecuados para los solicitantes de asilo. Cinco de ellos se encuentran, por ejemplo, instalados en un ala separada de un centro más pequeño,que tiene 350 camas, contra 6.700 del anterior, donde es más fácil observar los refugiados y vigilar sobre los posibles abusos.
La organización que gestiona la acogida de los solicitantes de asilo en los Países Bajos, el COA está tratando de educar a los solicitantes de asilo a la tolerancia hacia los otros solicitantes (en estos casos los LGTB) y también les informó sobre las sanciones que se imponen por acoso físico y sexual. En los casos más graves llaman la policía, dice la organización, señalando también otros grupos “vulnerables” que se encuentran en los centros para solicitantes de asilo, como las mujeres maltratadas, las víctimas de la trata de personas, niños.
Omar cree que solo un permiso de residencia le permitirá empezar su nueva vida y reanudar sus estudios de Derecho. Mientras tanto, encontró nuevos amigos gais: “Yo quería conocer a gente que me acepte como soy y finalmente me encontré con ellos. Saber que puedo caminar por la calle de la mano con mi novio, sin temor a la reacción de la gente, es fantástico.”
Holanda fue el primer país del mundo que aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo en 2001. Si embargo, la situación -según denuncian las ONGs de defensa de los derechos de las personas LGTB- en sus centros para solicitantes de asilo sobre la aceptación de la diversidad sexual deja mucho que desear: “ver en los Países Bajos, el país de la libertad de expresión, el acoso gay, para mi fue una locura” se quejó Omar. “Me sorprendió que estas personas, después de pasar por todo lo que han tenido que pasar, me acosarán por ser gay”.
Omar explica que eligió viajar a los Países Bajos después de “estudiar” -a través de Internet- cuál era el grado de libertad de las personas gais en Holanda: “Leí artículos diciendo que los Países Bajos eran muy tolerantes con los homosexuales y que Amsterdam era la capital de la comunidad LGBT.” Pero la situación que se ha encontrado es muy diferente dentro de los centros para los solicitantes de asilo. Cuenta como él huyó de la guerra y de la intolerancia pero que en el propio centro, otros sirios, le amenazaron con matarme solo por ser gay.
Con los auriculares en los oídos, Omar se quedaba en su habitación, evitando la compañía de otros solicitantes de asilo. "He tenido la suerte de no haber sido asaltado físicamente" dice el joven, que finalmente encontró refugio en casa de Lianda, una chica lesbiana holandesa de 25 años, que le ofreció un techo. Todo gracias al apoyo de la asociación de defensa de los derechos de los homosexuales COC que investigó como la violencia contra los gays por parte de algunos migrantes era debida a su orientación sexual.
El periódico holandés AD ha hablado, en una artículo sobre el tema de los refugiados LGTB, del acoso que estos sufren: ropa quemada, camas ensuciadas con excrementos y alimentos caducados. El periódico dijo también que otros inmigrantes homosexuales se alejaron hace una semana del centro por el miedo a regresar a su habitación. Al igual que Omar, finalmente encontraron hospitalidad en casa de un holandés.
Otra asociación LGTB, la Secret Garden Foundation, asegura que dos inmigrantes gays han intentado suicidarse. La COC recogió 14 quejas, desde mediados de octubre hasta finales de diciembre. “Tememos que esto es sólo la parte visible del iceberg”; dijo el director Koen van Dijk, señalando que la mayoría de los homosexuales migrantes no denuncian por temor a represalias o por no saber adonde acudir. “Yo creo que los LGBT huyen a otro país más seguro que el suyo, pero si vienen a los Países Bajos, obviamente se esperan un país seguro y acogedor para ellos” dice.
Frente a estos problemas, el Ayuntamiento de Amsterdam ha puesto a disposición desde octubre a diciembre dos casas “refugio” para diez migrantes gay: una medida “de emergencia” frente a una situación “difícil”, según una portavoz. El mismo Ayuntamiento dice que está listo para poner en práctica otras “soluciones a medida” si es necesario.
Los homosexuales que habían sido alojados en estos refugios temporales, ahora han sido reunidos en centros más adecuados para los solicitantes de asilo. Cinco de ellos se encuentran, por ejemplo, instalados en un ala separada de un centro más pequeño,que tiene 350 camas, contra 6.700 del anterior, donde es más fácil observar los refugiados y vigilar sobre los posibles abusos.
La organización que gestiona la acogida de los solicitantes de asilo en los Países Bajos, el COA está tratando de educar a los solicitantes de asilo a la tolerancia hacia los otros solicitantes (en estos casos los LGTB) y también les informó sobre las sanciones que se imponen por acoso físico y sexual. En los casos más graves llaman la policía, dice la organización, señalando también otros grupos “vulnerables” que se encuentran en los centros para solicitantes de asilo, como las mujeres maltratadas, las víctimas de la trata de personas, niños.
Omar cree que solo un permiso de residencia le permitirá empezar su nueva vida y reanudar sus estudios de Derecho. Mientras tanto, encontró nuevos amigos gais: “Yo quería conocer a gente que me acepte como soy y finalmente me encontré con ellos. Saber que puedo caminar por la calle de la mano con mi novio, sin temor a la reacción de la gente, es fantástico.”
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