«Te llamaban 'maritxu', desviado, enfermo... y te podían llevar al psiquiátrico»
Mikel Martín comenzó a colaborar en EHGAM hace 37 años. Ayer representó a este mismo colectivo en la puesta de largo del archivo virtual
K. D. | El Correo 2016-02-19 [MyNews]
Con 24 años comenzó a militar en los, por entonces aún incipientes, movimientos pro derechos de los gais. Ayer, a punto de cumplir 62, el guipuzcoano Mikel Martín representó al colectivo EHGAM en la puesta de largo del nuevo centro documental.
- ¿Cómo se vivía en Euskadi hace 40 años siendo gay?
- Depende, de diversas maneras. Aún estaba penalizado el deseo homosexual. El deseo era lo que se perseguía y se penalizaba la práctica. Te podían desterrar de tu pueblo o ciudad, podías ir a parar a un centro psiquiátrico para que te atendieran esa anomalía... podías acabar en la cárcel. La sexualidad era sólo una: heterosexual y la del hombre. La mujer no contaba. Así que muchos optaban por marcharse fuera: a Barcelona, Madrid. Otros a París, Berlín, Londres, Amsterdam y los más afortunados a San Francisco.
- ¿Corrían riesgo en Euskadi?
- Varios conocidos acabaron en la cárcel. Y por la calle te insultaban. En la idiosincrasia de Euskal Herria se creía que la homosexualidad la traían los de fuera, que los de aquí no podían serlo. Los foráneos eran los 'maritxus'.
- ¿Maritxus?
- Como insulto, sí: maritxus, pardelas (pañales en euskera), maricones, desviados, enfermos...
- ...
- En la Diputación de Gipuzkoa nos llegaron a decir, en 1980, que nos pagaban el viaje a Lourdes para curarnos. Así vivíamos.
- ¿Todo ese clima está reflejado en la documentación de este nuevo centro?
- Creo que sí. El programa reivindicativo de aquellos años está ahí. Y están las denuncias por homofobia, las desapariciones de gente o las concentraciones por los asesinatos. Fue la muerte en Rentería de un travesti, 'Francis', a manos de un policía, la que provocó el 'boom' de este movimiento. Ahí empezamos a gritar 'Aquí estamos, y no nos ocultamos, de día y de noche, la calle también es nuestra'.
- ¿Y todo ese material les servirá a los jóvenes actuales?
- Claro que sirve. Hoy en día también te encuentras con casos... No hace ni dos meses estuve hablando con un chaval de 21 años de mi pueblo, Rentería, que se ahoga, que no puede vivir aquí por la presión homofóbica.
- ¿Hemos cambiado menos de lo que creemos?
- Todavía hay intolerancia pero está claro que hemos mejorado. ¡Ya no es un delito la relación homosexual! Y el concepto de homosexual igual a enfermo también ha desaparecido... pero ojo, fue el 17 de mayo de 1990, hace dos días.
- ¿Y ahora qué?
- Hace falta, por ejemplo, que los ayuntamientos y diputaciones también aporten el material que tengan a este fondo, o los coleccionistas privados que guarden pegatinas. No podemos dejar que se pierda nada.
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