Imagen: Twitter | Javier Sáez |
“¿Y si amariconamos, bollerizamos, transgenerizamos, queerizamos el Metro?”. Javier Sáez, autor del mapa LGTBIQ del Metro de Madrid, explica qué le ha motivado a realizar esta iniciativa de ‘desterritorialización’ de un especio heterocentrado.
Javier Sáez | Pikara, 2017-06-26
https://www.pikaramagazine.com/2017/06/por-que-un-metro-lgtbiq-en-madrid/
El origen de este proyecto parte de una anécdota de mi vida cotidiana: al observar el plano del Metro de Madrid me di cuenta de que no encontraba ninguna referencia a mi comunidad, la comunidad LGBTI y queer. A pesar de ver ante mí cientos de paradas, no había ninguna persona o referencia LGBTI. Digamos que me sentía en un territorio muy heterocentrado, es decir, en lo que yo suelo llamar un “heterritorio”.
De este modo surgió la idea: ¿Por qué no desterritorializar el espacio del Metro?
El plano del Metro es una imagen donde encontramos puntos de referencia, un mapa con el que nos identificamos (yo vivo en esta parada de Metro, mi amiga en esta otra…); es algo icónico que representa a la ciudad.
Y pensé: ¿Y si amariconamos, bollerizamos, transgenerizamos, queerizamos el Metro?
Desde hace 30 años colaboro en activismos y producción cultural LGBT y queer, con muchas otras personas, activistas, escritorxs, artistas, de las que he aprendido todo lo que sé. Personas y colectivos cuyo trabajo silencioso y pertinaz es lo que llamamos movimiento LGBT y movimiento queer. Me pareció una buena idea homenajear a todas esas personas, activismos, publicaciones y espacios. Y también recordar a referentes intelectuales que han sido importantes en mi vida. Las personas LGBT nacemos y crecemos en un contexto donde no hay referentes; todo el entorno, los discursos y representaciones, la cultura y el arte, la educación, todo es heterocentrado. Hay una invisibiliación de la diversidad sexual que hace que nos sintamos bichos raros, personas aisladas, solas. De adolescente tuve que ir buscando, con mucha dificultad, esos referentes: Lorca, Lezama Lima, Gabriela Mistral, Monique Wittig, Pasolini, Michel Foucault, Divine… Y eso lo pude lograr porque, afortunadamente, tenía una situación privilegiada, con un acceso fácil a la cultura. La mayoría de las personas LGBT no tienen ese privilegio, las bibliotecas no cuentan con secciones de libros LGBT, ni hay festivales de cine LGBT en la mayoría de las ciudades y pueblos de España, ni se enseña en el colegio que muchos de lxs más importantes pensadorxs, artistas y escritorxs de la historia eran LGBT, algo que subiría mucho la autoestima de los niños y niñas LGBTI.
Por eso añadí en el plano no sólo a esas activistas con las que he trabajado y de las que he aprendido tanto, sino también esos referentes culturales que me han ayudado a sobrevivir, a entender y denunciar el sistema heterocentrado y a tener recursos contra la LGBTfobia. El mapa es una forma de mostrar que somos muchxs, que no somos ‘excepciones’ o ‘minorías’. De algún modo es un mensaje político para el mundo hetero: “Aquí tienes a 300 personas LGBTI y queer, y podríamos llenar todos los metros del mundo con más nombres. Estamos por todas partes. No nos van a volver a meter en el armario. Hemos ocupado el metro. Somos muchas, estamos organizadas, tenemos fuerza y dignidad. Hemos ocupado Madrid”.
Este mapa de Metro tiene también otra función, además de visibilizar la existencia de las personas LGBT y de homenajear el trabajo de muchas de ellas. Es un ejemplo gráfico de que esos espacios y esas historias están llenos de afectos, de conexiones, de deseos, de historias de vida y de muerte. En el mapa se superponen y entrecruzan esas historias: lugares donde se reunían esas activistas, nuestras publicaciones, las amigas que han muerto por el sida o por la violencia transfóbica, bares, fanzines, las relaciones de solidaridad y de ayuda mutua que subyacen en los activismos LGBT, la potencia de la amistad, esas otras familias que hemos creado para sobrevivir, ya que la familia nuclear casi nunca nos ha servido para nada.
El mapa ofrece un espacio de representación y una topología de los afectos. Porque a pesar de lo que proclama la retórica liberal, en realidad somos redes de relaciones, no individuos. Y aquí se trata además de redes de supervivencia. La idea de red se transmite muy bien con la imagen del Metro. El hecho de que muchos de esos activismos los hemos hecho ‘bajo tierra’, en la clandestinidad o en los márgenes, se recoge en la idea de ‘underground’ (metro en inglés). El Metro está lleno de metáforas afortunadas.
Otro elemento que me motivó a la hora de hacer el mapa fue la posibilidad de una didáctica queer. Es decir, usando este mapa podemos explicar mucho de la historia del movimiento LGBT y queer del Estado español, desde los inicios del activismo en los 70 (Empar Pineda, Armand de Fluvià, Nazario, Ocaña, el FAGC…) pasando por los grupos queer de los 90 (la Radical Gai, LSD), el activismo trans, la lucha antisida, activistas gitanos/as LGBT, hasta muchas otras personas y entidades que trabajan hoy contra la LGBTfobia. El mapa es un manual de historia. Basta con tomar una parte del mismo, o una línea de Metro, y cada parada nos hablará de una historia, una aportación de cierta persona o grupo, y una conexión con otra parada/persona.
El mapa transforma la topología en una genealogía política, y esto puede ser utilizado en la enseñanza, si algún día el sistema educativo asume que debe integrar en su seno la enseñanza de la diversidad y la disidencia sexual.
Este mapa se enmarca en un conjunto de proyectos más amplio que se llama ‘El Porvenir de la Revuelta’, dirigido por Fefa Vila, que ha hecho un trabajo enorme desde hace un año con muchas activistas y artistas para ampliar la oferta del Orgullo Mundial con un enfoque feminista, queer y antirracista, con proyectos y exposiciones sobre el sida, las personas racializadas, los gitanos/as LGBT, las cárceles, la memoria y el deseo LGBT, las fiestas nocturnas, el cruising, el movimiento queer, etc. . Sin duda, el programa más interesante y radical de todo el Orgullo.
El apoyo del Ayuntamiento de Madrid al proyecto ha sido fundamental. De hecho aceptaron exponer mi mapa en CentroCentro, en el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento, algo que le está dando una visibilidad enorme.
Por supuesto, en el mapa faltan muchas personas y organizaciones. En realidad no faltan, porque el objetivo del mapa no era recoger a todas las personas que han aportado algo al movimiento LGBT español, o al catalán o al vasco (que son miles de personas), sino aquéllas que han tenido una interacción personal conmigo, aquellas que conozco o he conocido. Es mi homenaje a esas personas (y a mis referentes intelectuales), no se trata de un intento de identificar y localizar a todo el mundo, algo que obviamente es imposible.
He puesto en el centro del mapa, en la estación de Sol, a mi amigo Paco Vidarte. Porque por él pasaban todas las líneas de la sabiduría, y en recuerdo de su memoria.
Javier Sáez. Sociólogo y activista LGTBI, es especialista en teoría queer y psicoanálisis.
De este modo surgió la idea: ¿Por qué no desterritorializar el espacio del Metro?
El plano del Metro es una imagen donde encontramos puntos de referencia, un mapa con el que nos identificamos (yo vivo en esta parada de Metro, mi amiga en esta otra…); es algo icónico que representa a la ciudad.
Y pensé: ¿Y si amariconamos, bollerizamos, transgenerizamos, queerizamos el Metro?
Desde hace 30 años colaboro en activismos y producción cultural LGBT y queer, con muchas otras personas, activistas, escritorxs, artistas, de las que he aprendido todo lo que sé. Personas y colectivos cuyo trabajo silencioso y pertinaz es lo que llamamos movimiento LGBT y movimiento queer. Me pareció una buena idea homenajear a todas esas personas, activismos, publicaciones y espacios. Y también recordar a referentes intelectuales que han sido importantes en mi vida. Las personas LGBT nacemos y crecemos en un contexto donde no hay referentes; todo el entorno, los discursos y representaciones, la cultura y el arte, la educación, todo es heterocentrado. Hay una invisibiliación de la diversidad sexual que hace que nos sintamos bichos raros, personas aisladas, solas. De adolescente tuve que ir buscando, con mucha dificultad, esos referentes: Lorca, Lezama Lima, Gabriela Mistral, Monique Wittig, Pasolini, Michel Foucault, Divine… Y eso lo pude lograr porque, afortunadamente, tenía una situación privilegiada, con un acceso fácil a la cultura. La mayoría de las personas LGBT no tienen ese privilegio, las bibliotecas no cuentan con secciones de libros LGBT, ni hay festivales de cine LGBT en la mayoría de las ciudades y pueblos de España, ni se enseña en el colegio que muchos de lxs más importantes pensadorxs, artistas y escritorxs de la historia eran LGBT, algo que subiría mucho la autoestima de los niños y niñas LGBTI.
Por eso añadí en el plano no sólo a esas activistas con las que he trabajado y de las que he aprendido tanto, sino también esos referentes culturales que me han ayudado a sobrevivir, a entender y denunciar el sistema heterocentrado y a tener recursos contra la LGBTfobia. El mapa es una forma de mostrar que somos muchxs, que no somos ‘excepciones’ o ‘minorías’. De algún modo es un mensaje político para el mundo hetero: “Aquí tienes a 300 personas LGBTI y queer, y podríamos llenar todos los metros del mundo con más nombres. Estamos por todas partes. No nos van a volver a meter en el armario. Hemos ocupado el metro. Somos muchas, estamos organizadas, tenemos fuerza y dignidad. Hemos ocupado Madrid”.
Este mapa de Metro tiene también otra función, además de visibilizar la existencia de las personas LGBT y de homenajear el trabajo de muchas de ellas. Es un ejemplo gráfico de que esos espacios y esas historias están llenos de afectos, de conexiones, de deseos, de historias de vida y de muerte. En el mapa se superponen y entrecruzan esas historias: lugares donde se reunían esas activistas, nuestras publicaciones, las amigas que han muerto por el sida o por la violencia transfóbica, bares, fanzines, las relaciones de solidaridad y de ayuda mutua que subyacen en los activismos LGBT, la potencia de la amistad, esas otras familias que hemos creado para sobrevivir, ya que la familia nuclear casi nunca nos ha servido para nada.
El mapa ofrece un espacio de representación y una topología de los afectos. Porque a pesar de lo que proclama la retórica liberal, en realidad somos redes de relaciones, no individuos. Y aquí se trata además de redes de supervivencia. La idea de red se transmite muy bien con la imagen del Metro. El hecho de que muchos de esos activismos los hemos hecho ‘bajo tierra’, en la clandestinidad o en los márgenes, se recoge en la idea de ‘underground’ (metro en inglés). El Metro está lleno de metáforas afortunadas.
Otro elemento que me motivó a la hora de hacer el mapa fue la posibilidad de una didáctica queer. Es decir, usando este mapa podemos explicar mucho de la historia del movimiento LGBT y queer del Estado español, desde los inicios del activismo en los 70 (Empar Pineda, Armand de Fluvià, Nazario, Ocaña, el FAGC…) pasando por los grupos queer de los 90 (la Radical Gai, LSD), el activismo trans, la lucha antisida, activistas gitanos/as LGBT, hasta muchas otras personas y entidades que trabajan hoy contra la LGBTfobia. El mapa es un manual de historia. Basta con tomar una parte del mismo, o una línea de Metro, y cada parada nos hablará de una historia, una aportación de cierta persona o grupo, y una conexión con otra parada/persona.
El mapa transforma la topología en una genealogía política, y esto puede ser utilizado en la enseñanza, si algún día el sistema educativo asume que debe integrar en su seno la enseñanza de la diversidad y la disidencia sexual.
Este mapa se enmarca en un conjunto de proyectos más amplio que se llama ‘El Porvenir de la Revuelta’, dirigido por Fefa Vila, que ha hecho un trabajo enorme desde hace un año con muchas activistas y artistas para ampliar la oferta del Orgullo Mundial con un enfoque feminista, queer y antirracista, con proyectos y exposiciones sobre el sida, las personas racializadas, los gitanos/as LGBT, las cárceles, la memoria y el deseo LGBT, las fiestas nocturnas, el cruising, el movimiento queer, etc. . Sin duda, el programa más interesante y radical de todo el Orgullo.
El apoyo del Ayuntamiento de Madrid al proyecto ha sido fundamental. De hecho aceptaron exponer mi mapa en CentroCentro, en el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento, algo que le está dando una visibilidad enorme.
Por supuesto, en el mapa faltan muchas personas y organizaciones. En realidad no faltan, porque el objetivo del mapa no era recoger a todas las personas que han aportado algo al movimiento LGBT español, o al catalán o al vasco (que son miles de personas), sino aquéllas que han tenido una interacción personal conmigo, aquellas que conozco o he conocido. Es mi homenaje a esas personas (y a mis referentes intelectuales), no se trata de un intento de identificar y localizar a todo el mundo, algo que obviamente es imposible.
He puesto en el centro del mapa, en la estación de Sol, a mi amigo Paco Vidarte. Porque por él pasaban todas las líneas de la sabiduría, y en recuerdo de su memoria.
Javier Sáez. Sociólogo y activista LGTBI, es especialista en teoría queer y psicoanálisis.
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