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| Imagen: 20 Minutos / Plaza de Chueca, Madrid |
Ha pasado a ser uno de las zonas más turísticas de la capital. "Era un barrio castigado por la droga y abandonado por las administraciones", dice Mili Hernández, fundadora de la primera librería LGBT de España.
Juli Amadeu Arias | 20 Minutos, 2017-06-23
http://www.20minutos.es/noticia/3066838/0/chueca-orgullo-gay-world-pride-madrid-barrio/
En el corazón de Madrid, en el distrito Centro, se ubica Chueca. El apellido del compositor madrileño Federico Chueca da nombre a la plaza central, a la estación de metro y, por extensión, al conjunto del barrio –oficialmente, conocido como ‘Justicia’–.
Desde hace años, es la zona de referencia de la comunidad LGTB en la ciudad, pero no siempre fue así. A partir de los años 70, a pesar de su enclave estratégico, se fue convirtiendo en una zona degradada y conflictiva. Sobre todo, a causa de los estragos provocados por el mundo de las drogas. Tanto que llegó a ser conocido como el ‘yonkilandia’ de la capital.
"Era un barrio castigado por la droga y abandonado por las administraciones. Muchos locales y pisos estaban cerrados o abandonados, por lo que resultaba muy difícil rehabilitar un espacio sin apenas vecinos". Lo cuenta Mili Hernández, fundadora de la Berkana, que se instaló en la plaza de Chueca y que, además de ser el primer negocio abiertamente visible del colectivo en el barrio, fue la primera librería especializada en temática LGTB de Iberoamérica.
Corría 1993 y, por aquel entonces, era muy difícil encontrar espacios similares fuera de Londres o Nueva York –de hecho, solo tres años antes, la Organización Mundial de la Salud acababa de excluir la homosexualidad de la clasificación internacional de enfermedades–.
El escritor igualitario José Luis Serrano –autor de libros como ‘Sebastián en la laguna’ o ‘Lo peor de todo es la luz’– explica que, hasta la llegada de Berkana, los primeros locales de ambiente "eran con timbre y sin escaparate". Desde su punto de vista, la transformación del barrio fue "muy gradual", hasta el punto de ser "imperceptible en el día a día".
Poco a poco fueron abriéndose, cada vez más visibles, nuevos negocios dirigidos al público LGTB, empezaron a llegar nuevos vecinos y Chueca acabó mejorando por completo. "Las lesbianas y los gais hicimos el barrio bonito", justifica Mili Hernández.
Los primeros años del nuevo milenio supusieron el apogeo del barrio. Hasta el punto de que, como reza el título de la zarzuela de Federico Chueca, se tornó en un lugar concurrido y con vida ‘De la noche a la mañana’. Pero la transformación del barrio y el clima de convivencia traspasaron fronteras.
Los precios de los locales y de los pisos se dispararon, muy lejos de las 125.000 pesetas de alquiler que empezó pagando Berkana en la plaza de Chueca. A la librería le llegaron a pedir 9.000 euros de mensualidad, por lo que se tuvo que trasladar de local hasta en tres ocasiones.
Más tarde llegó la crisis y diversos negocios históricos tuvieron que bajar la persiana. El último ha sido el conocido pub Black & White, ya hace un par de meses.
Incluso Berkana ha estado a punto de cerrar, aunque una exitosa campaña, inspirada en la librería LGTB de Londres y acompañada de una financiación colectiva mediante 'crowdfunding' la mantendrá abierta, al menos, durante otro año más. Sin embargo, además de Berkana, otros pioneros como el Café Figueroa siguen en activo.
Desde hace años, es la zona de referencia de la comunidad LGTB en la ciudad, pero no siempre fue así. A partir de los años 70, a pesar de su enclave estratégico, se fue convirtiendo en una zona degradada y conflictiva. Sobre todo, a causa de los estragos provocados por el mundo de las drogas. Tanto que llegó a ser conocido como el ‘yonkilandia’ de la capital.
"Era un barrio castigado por la droga y abandonado por las administraciones. Muchos locales y pisos estaban cerrados o abandonados, por lo que resultaba muy difícil rehabilitar un espacio sin apenas vecinos". Lo cuenta Mili Hernández, fundadora de la Berkana, que se instaló en la plaza de Chueca y que, además de ser el primer negocio abiertamente visible del colectivo en el barrio, fue la primera librería especializada en temática LGTB de Iberoamérica.
Corría 1993 y, por aquel entonces, era muy difícil encontrar espacios similares fuera de Londres o Nueva York –de hecho, solo tres años antes, la Organización Mundial de la Salud acababa de excluir la homosexualidad de la clasificación internacional de enfermedades–.
El escritor igualitario José Luis Serrano –autor de libros como ‘Sebastián en la laguna’ o ‘Lo peor de todo es la luz’– explica que, hasta la llegada de Berkana, los primeros locales de ambiente "eran con timbre y sin escaparate". Desde su punto de vista, la transformación del barrio fue "muy gradual", hasta el punto de ser "imperceptible en el día a día".
Poco a poco fueron abriéndose, cada vez más visibles, nuevos negocios dirigidos al público LGTB, empezaron a llegar nuevos vecinos y Chueca acabó mejorando por completo. "Las lesbianas y los gais hicimos el barrio bonito", justifica Mili Hernández.
Los primeros años del nuevo milenio supusieron el apogeo del barrio. Hasta el punto de que, como reza el título de la zarzuela de Federico Chueca, se tornó en un lugar concurrido y con vida ‘De la noche a la mañana’. Pero la transformación del barrio y el clima de convivencia traspasaron fronteras.
Los precios de los locales y de los pisos se dispararon, muy lejos de las 125.000 pesetas de alquiler que empezó pagando Berkana en la plaza de Chueca. A la librería le llegaron a pedir 9.000 euros de mensualidad, por lo que se tuvo que trasladar de local hasta en tres ocasiones.
Más tarde llegó la crisis y diversos negocios históricos tuvieron que bajar la persiana. El último ha sido el conocido pub Black & White, ya hace un par de meses.
Incluso Berkana ha estado a punto de cerrar, aunque una exitosa campaña, inspirada en la librería LGTB de Londres y acompañada de una financiación colectiva mediante 'crowdfunding' la mantendrá abierta, al menos, durante otro año más. Sin embargo, además de Berkana, otros pioneros como el Café Figueroa siguen en activo.
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