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| Imagen: El Periódico / Sisi Cáceres |
La presidenta de Extremadura Entiende habla de la situación de los homosexuales en la región. El paseo de Cánovas (Cáceres) acogió ayer la fiesta LGTBI con el objetivo de visibilizar a este colectivo. Participó la cacereña Sisi Cáceres, que este sábado se encargará de presentar el World Pride Madrid, el gran evento del orgullo, ante dos millones de personas.
Sira Rumbo Ortega | El Periódico Extremadura, 2017-06-28
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/caceres/un-beso-pareja-es-muestra-amor-nosotros-agreden-ello_1025409.html
Cánovas se convirtió ayer en el paseo del arcoíris. El colectivo LGTBI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, personas Transgénero e Intersexuales) se reunió en este espacio para celebrar el día del orgullo LGTBI y dar visibilidad al colectivo, con el fin de terminar con las agresiones por la condición sexual. El acto, que estuvo amenizado por la música del dj Coke Bermejo, fue organizado por la Fundación Triángulo y Extremadura Entiende. Ambas asociaciones aprovecharon para mostrar la actividad que realizan a la sociedad cacereña y prestar su ayuda y asesoramiento a las personas LGTBI que sufran agresiones o que necesiten apoyo para salir del armario y «vivir en libertad».
En el acto participó la cacereña Sisi Cáceres, activista y presidenta de Extremadura Entiende, que el próximo sábado presentará el acto oficial del World Pride Madrid, la gran fiesta mundial del orgullo, que se celebrará en el barrio de Chueca. Se subirá a un escenario ante dos millones de personas en la plaza de Colón, lugar en el que desembocará la manifestación prevista que saldrá desde la glorieta de Carlos V. Está nerviosa, pero se siente orgullosa de que le hayan dado esta oportunidad.
Cáceres nació en Trujillo hace 48 años pero reside en la capital cacereña. Salió del armario con 40 años, cuando su pareja entonces y ella decidieron tener un hijo en común. «El niño te hace salir del armario, el pequeño tenía dos madres y nunca creí que tuviéramos que ocultar una realidad que iba a ser la vida del niño. Necesitaba darle a mi hijo una seguridad que solo podía darme la libertad de vivir como realmente soy y la libertad de darle una familia orgullosa de ser lo que era», reconoce.
Que la hayan escogido a ella para reivindicar al mundo este colectivo cree que ayudará a otras mujeres que están pasando por la situación que ella vivió cuando gritó al mundo que era lesbiana. «Para mí la importancia radica en que una mujer con 48 años, de un pueblo de Extremadura y que conoció el activismo hace seis años, haya sido capaz de empoderarse, de crecer y de reconocerse como lesbiana. Esto manda un mensaje de ánimo a todas esas chicas que con 40 o 50 años están en los pueblos y que no salen del armario porque están cómodas, están en una zona de confort en la que la gente lo sospecha pero ellas no lo verbalizan. Yo creo que nunca es tarde para salir a respirar de verdad», añade.
Con 25 años
Lo más importante para reconocerse a sí mismo es superar los propios miedos y olvidar el qué dirán: «Muchas mujeres nos dicen que el principal miedo que tienen es el de dañar a su familia por el qué dirán. Hay que superar esos miedos y, desde luego, el paso que se dé, a pesar de las dificultades que suponga, te garantiza una felicidad y un aire fresco. No sé cómo he podido vivir tanto tiempo sin decir abiertamente «soy lesbiana». Si se quiere tener una vida plena hay que dar ese paso», subraya Sisi Cáceres.
Ella se dio cuenta de su orientación sexual con 25 años, cuando conoció a la que después sería su pareja durante 16 años. Antes había tenido relaciones con chicos de su edad. «Al poco tiempo de empezar una relación con una mujer mi padre nos vio dándonos un beso en los labios, ella quería dejarlo por el qué dirán pero yo nunca quise porque, una vez que encontré mi camino, supe que tenía que seguirlo para ser feliz».
Reprocha a la gente que reivindica un día del orgullo heterosexual: «Me parece absurdo y ridículo que se diga que hace falta. Si un chico y una chica van de la mano y los agreden por ir de la mano, entonces se necesita. Si un hombre y una mujer que no están casados no pueden inscribir a su hijo a nombre de los dos, como nos pasa a las mujeres lesbianas, entonces necesitarían un día del orgullo heterosexual, pero eso a ellos no les pasa», señala.
Dice que en la región se han dado muchos pasos a nivel legislativo pero falta un cambio social. Por este motivo se va a llevar a cabo un proyecto integral de educación que incluya un plan de acoso por condición sexual, para comenzar a sensibilizar a los extremeños desde pequeños. «Cuando una pareja se quiere darse un beso es una muestra tan bonita de amor que debería darnos igual de quién parta ese beso. Pero parece que cuando hablamos de manifestaciones de amor nos vamos a poner a practicar sexo por la calle», se queja. A los niños se les enseñarán además los diferentes modelos de familia, para mostrarles que «las familias están conformadas por personas que se aman, independientemente de quiénes las compongan».
En el acto participó la cacereña Sisi Cáceres, activista y presidenta de Extremadura Entiende, que el próximo sábado presentará el acto oficial del World Pride Madrid, la gran fiesta mundial del orgullo, que se celebrará en el barrio de Chueca. Se subirá a un escenario ante dos millones de personas en la plaza de Colón, lugar en el que desembocará la manifestación prevista que saldrá desde la glorieta de Carlos V. Está nerviosa, pero se siente orgullosa de que le hayan dado esta oportunidad.
Cáceres nació en Trujillo hace 48 años pero reside en la capital cacereña. Salió del armario con 40 años, cuando su pareja entonces y ella decidieron tener un hijo en común. «El niño te hace salir del armario, el pequeño tenía dos madres y nunca creí que tuviéramos que ocultar una realidad que iba a ser la vida del niño. Necesitaba darle a mi hijo una seguridad que solo podía darme la libertad de vivir como realmente soy y la libertad de darle una familia orgullosa de ser lo que era», reconoce.
Que la hayan escogido a ella para reivindicar al mundo este colectivo cree que ayudará a otras mujeres que están pasando por la situación que ella vivió cuando gritó al mundo que era lesbiana. «Para mí la importancia radica en que una mujer con 48 años, de un pueblo de Extremadura y que conoció el activismo hace seis años, haya sido capaz de empoderarse, de crecer y de reconocerse como lesbiana. Esto manda un mensaje de ánimo a todas esas chicas que con 40 o 50 años están en los pueblos y que no salen del armario porque están cómodas, están en una zona de confort en la que la gente lo sospecha pero ellas no lo verbalizan. Yo creo que nunca es tarde para salir a respirar de verdad», añade.
Con 25 años
Lo más importante para reconocerse a sí mismo es superar los propios miedos y olvidar el qué dirán: «Muchas mujeres nos dicen que el principal miedo que tienen es el de dañar a su familia por el qué dirán. Hay que superar esos miedos y, desde luego, el paso que se dé, a pesar de las dificultades que suponga, te garantiza una felicidad y un aire fresco. No sé cómo he podido vivir tanto tiempo sin decir abiertamente «soy lesbiana». Si se quiere tener una vida plena hay que dar ese paso», subraya Sisi Cáceres.
Ella se dio cuenta de su orientación sexual con 25 años, cuando conoció a la que después sería su pareja durante 16 años. Antes había tenido relaciones con chicos de su edad. «Al poco tiempo de empezar una relación con una mujer mi padre nos vio dándonos un beso en los labios, ella quería dejarlo por el qué dirán pero yo nunca quise porque, una vez que encontré mi camino, supe que tenía que seguirlo para ser feliz».
Reprocha a la gente que reivindica un día del orgullo heterosexual: «Me parece absurdo y ridículo que se diga que hace falta. Si un chico y una chica van de la mano y los agreden por ir de la mano, entonces se necesita. Si un hombre y una mujer que no están casados no pueden inscribir a su hijo a nombre de los dos, como nos pasa a las mujeres lesbianas, entonces necesitarían un día del orgullo heterosexual, pero eso a ellos no les pasa», señala.
Dice que en la región se han dado muchos pasos a nivel legislativo pero falta un cambio social. Por este motivo se va a llevar a cabo un proyecto integral de educación que incluya un plan de acoso por condición sexual, para comenzar a sensibilizar a los extremeños desde pequeños. «Cuando una pareja se quiere darse un beso es una muestra tan bonita de amor que debería darnos igual de quién parta ese beso. Pero parece que cuando hablamos de manifestaciones de amor nos vamos a poner a practicar sexo por la calle», se queja. A los niños se les enseñarán además los diferentes modelos de familia, para mostrarles que «las familias están conformadas por personas que se aman, independientemente de quiénes las compongan».
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