Imagen: El País / George Pell |
El Vaticano respalda al cardenal George Pell, responsable de Finanzas de la Santa Sede, que tendrá que declarar ante un juez en Melbourne.
Daniel Verdú | El País, 2017-06-29
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/06/29/actualidad/1498696127_063244.html
Hace semanas que se esperaba la noticia. El caso estaba a punto de explotar, pero el papa Francisco confiaba en su inocencia y decidió no apartar a uno de sus hombres más importantes en la Curia Romana, el responsable de Finanzas del Vaticano, George Pell. El Pontífice decidió aceptar el coste y las durísimas críticas que le acarrearía durante este tiempo. Pero se ha roto el muro de contención. El cardenal ha sido acusado esta madrugada de múltiples abusos sexuales en Australia, según ha anunciado el comisario de dicho país Shane Patton. Él ha negado todos los cargos y el Vaticano le ha ofrecido su claro respaldo y no ha exigido su dimisión.
La noticia ha llegado a cámara lenta. Hace ocho meses los agentes policiales interrogaron a Pell en Roma sobre estas acusaciones, que él desmiente ahora categóricamente. De hecho, durante este tiempo se han publicado decenas de artículos y libros citando el asunto. Acorralado, el cardenal, de 76 años y máxima autoridad de la Iglesia Católica en Australia, deberá comparecer el 18 de julio ante el tribunal de primera instancia de Melbourne para dar explicaciones. Es sospechoso de haber cometido abusos sexuales cuando era sacerdote en la ciudad de Ballarat (1976-80) y cuando fue arzobispo de Melbourne (1996-2001), ambas en el Estado de Victoria.
A las 8.30 de la mañana ha comparecido ante los medios -la rueda de prensa fue convocada a las 4.30 de la madrugada- para negar las acusaciones y anunciar que se marcha a Australia para defenderse. "Estos problemas llevan siendo investigados dos años. Se han filtrado a los medios, es un asesinato implacable. La decisión se ha alargado durante más de un mes. Ha sido un asesinato implacable. Estoy esperando que llegue mi día en el tribunal para defenderme, soy inocente de estos cargos. Son falsos. La completa idea de abuso sexual es aberrante para mí", ha señalado acompañado del director de comunicación del Vaticano, Greg Burke.
Pell ha explicado que ha hablado mucho con el Papa durante la última semana. "La última vez fue ayer. Hemos acordado que limpiaré mi nombre en Australia, y le estoy muy agradecido por su apoyo. Soy completamente claro y consistente en el rechazo de estas acusaciones. Quiero limpiar mi nombre y volver a Roma para seguir trabajando".
El Vaticano respalda a Pell sin ninguna fisura. Con la lectura del comunicado, tras el que no se han admitido preguntas, no ha quedado ninguna duda. "La Santa Sede recibe con desagrado la noticia del envió a juicio del cardenal que, en el pleno respeto de las leyes civiles y reconociendo la importancia de su participación de modo que el proceso se desarrolle de forma justa y se favorezca la búsqueda de la verdad, ha decidido volver a su país. El Santo Padre le ha concedido un periodo de excedencia para poderse defender". Pero el comunicado ahonda también en la opinión del Papa sobre el cardenal. "El Santo Padre, que ha podido apreciar la honestidad del Cardenal Pell durante tres años de trabajo en la Curia Romana, le agradece la colaboración, en particular por el encargo a favor de las reformaras económicas y administrativas y su activa participación en el Consejo de Cardenales (C9).
La Santa Sede ha expresado su respeto por las decisiones judiciales. Pero también ha querido mojarse a favor del cardenal. "Pell ha condenado durante décadas abierta y repetidamente los abusos cometidos contra menores como actos inmorales e intolerables, ha cooperado en el pasado con las autoridades australianas, ha apoyado la creación de una Pontificia Comisión para la tutela de menores y la prestación de ayuda a las víctimas de abusos"
La citación es el resultado de una larga investigación, solicitada por el Gobierno australiano en 2012 dentro del marco de una serie de respuestas institucionales contra el abuso sexual a menores. Pell, que había comparecido tres veces ante la comisión de investigación, afirmó haber errado en la gestión de los curas pedófilos en el Estado australiano de Victoria en los años 70.
El eclesiástico fue ordenado cura en 1966 en Roma, antes de regresar a Australia en 1971, donde ascendió en la jerarquía católica. En 2014, el papa Francisco le eligió para trabajar en la transparencia de las finanzas del Vaticano.
Una de las primeras medidas que tomó Francisco como Papa fue la de impulsar una cruzada contra la pederastia. A finales de 2013, fue creada una comisión específica para luchar contra la pederastia en el seno de la Iglesia. Un año después el Papa se disculpó públicamente ante víctimas de abusos sexuales por eclesiásticos "por los pecados de omisión por parte de la Iglesia".
La noticia ha llegado a cámara lenta. Hace ocho meses los agentes policiales interrogaron a Pell en Roma sobre estas acusaciones, que él desmiente ahora categóricamente. De hecho, durante este tiempo se han publicado decenas de artículos y libros citando el asunto. Acorralado, el cardenal, de 76 años y máxima autoridad de la Iglesia Católica en Australia, deberá comparecer el 18 de julio ante el tribunal de primera instancia de Melbourne para dar explicaciones. Es sospechoso de haber cometido abusos sexuales cuando era sacerdote en la ciudad de Ballarat (1976-80) y cuando fue arzobispo de Melbourne (1996-2001), ambas en el Estado de Victoria.
A las 8.30 de la mañana ha comparecido ante los medios -la rueda de prensa fue convocada a las 4.30 de la madrugada- para negar las acusaciones y anunciar que se marcha a Australia para defenderse. "Estos problemas llevan siendo investigados dos años. Se han filtrado a los medios, es un asesinato implacable. La decisión se ha alargado durante más de un mes. Ha sido un asesinato implacable. Estoy esperando que llegue mi día en el tribunal para defenderme, soy inocente de estos cargos. Son falsos. La completa idea de abuso sexual es aberrante para mí", ha señalado acompañado del director de comunicación del Vaticano, Greg Burke.
Pell ha explicado que ha hablado mucho con el Papa durante la última semana. "La última vez fue ayer. Hemos acordado que limpiaré mi nombre en Australia, y le estoy muy agradecido por su apoyo. Soy completamente claro y consistente en el rechazo de estas acusaciones. Quiero limpiar mi nombre y volver a Roma para seguir trabajando".
El Vaticano respalda a Pell sin ninguna fisura. Con la lectura del comunicado, tras el que no se han admitido preguntas, no ha quedado ninguna duda. "La Santa Sede recibe con desagrado la noticia del envió a juicio del cardenal que, en el pleno respeto de las leyes civiles y reconociendo la importancia de su participación de modo que el proceso se desarrolle de forma justa y se favorezca la búsqueda de la verdad, ha decidido volver a su país. El Santo Padre le ha concedido un periodo de excedencia para poderse defender". Pero el comunicado ahonda también en la opinión del Papa sobre el cardenal. "El Santo Padre, que ha podido apreciar la honestidad del Cardenal Pell durante tres años de trabajo en la Curia Romana, le agradece la colaboración, en particular por el encargo a favor de las reformaras económicas y administrativas y su activa participación en el Consejo de Cardenales (C9).
La Santa Sede ha expresado su respeto por las decisiones judiciales. Pero también ha querido mojarse a favor del cardenal. "Pell ha condenado durante décadas abierta y repetidamente los abusos cometidos contra menores como actos inmorales e intolerables, ha cooperado en el pasado con las autoridades australianas, ha apoyado la creación de una Pontificia Comisión para la tutela de menores y la prestación de ayuda a las víctimas de abusos"
La citación es el resultado de una larga investigación, solicitada por el Gobierno australiano en 2012 dentro del marco de una serie de respuestas institucionales contra el abuso sexual a menores. Pell, que había comparecido tres veces ante la comisión de investigación, afirmó haber errado en la gestión de los curas pedófilos en el Estado australiano de Victoria en los años 70.
El eclesiástico fue ordenado cura en 1966 en Roma, antes de regresar a Australia en 1971, donde ascendió en la jerarquía católica. En 2014, el papa Francisco le eligió para trabajar en la transparencia de las finanzas del Vaticano.
Una de las primeras medidas que tomó Francisco como Papa fue la de impulsar una cruzada contra la pederastia. A finales de 2013, fue creada una comisión específica para luchar contra la pederastia en el seno de la Iglesia. Un año después el Papa se disculpó públicamente ante víctimas de abusos sexuales por eclesiásticos "por los pecados de omisión por parte de la Iglesia".
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