miércoles, 31 de julio de 2019

#hemeroteca #lgtbi #lgtbifobia #musica | Líbano prohíbe el concierto del grupo gay Mashrou' Leila para "evitar un derramamiento de sangre"

Imagen: El Mundo / Hamed Sinno, de Mashrou Leila
Líbano prohíbe el concierto del grupo gay Mashrou' Leila para "evitar un derramamiento de sangre".
La banda se enfrenta a una cruzada en su propio país, la iglesia exige la cancelación de su participación el próximo 9 de agosto en el festival internacional de Biblos, una cita imprescindible del estío libanés.
Francisco Carrión | El Mundo, 2019-07-31
https://www.elmundo.es/cultura/2019/07/31/5d403261fc6c8386558b45c4.html

"Hermano, no me olvides/ mi amor, mi premio/ Me hubiera gustado mantenerme cerca de ti/ presentarte a mis padres, coronar mi corazón/ cocinarte, barrer tu casa/ malcriar a tus hijos, ser tu ama de casa/ pero estás en tu casa y yo en otra...". La letra, tal vez la primera canción gay del pop árabe, es un básico del repertorio de Mashrou' Leila, la banda libanesa que ha hecho de la libertad su bandera.

Prohibido en Egipto y vetado en Jordania, el grupo se enfrenta ahora a una cruzada en su propio país, un crisol de credos que tampoco está vacunado contra el conservadurismo que habita la región. La iglesia maronita le ha declarado la guerra por unas letras que consideran un atentado contra la moral. La eparquía maronita católica de Biblos -un trasunto de las diócesis occidentales- prendió la llamada denunciando que las canciones de Mashrou' Leila "vulneran los valores religiosos" y exigiendo la cancelación de su participación el próximo 9 de agosto en el festival internacional de Biblos, una cita imprescindible del estío libanés que se celebra entre las ruinas del antiguo puerto de este pueblo de pescadores emplazado a 42 kilómetros de Beirut.

La llamada a suspender su actuación ha recibido el entusiasta apoyo de los sectores más recalcitrantes de la iglesia local, con sus clérigos a la cabeza. "Llamo a los hijos de Biblos y el Líbano a boicotear el espectáculo, que propagará la promiscuidad, la corrupción y violará todo lo que es sagrado", arguyó el padre Camille Mubarak, sacerdote de una urbe mediterránea que en el siglo XII cayó en manos de los cruzados, como recuerda un castillo construido a partir de los restos de templos romanos. "He contactado con los parlamentarios locales y otros responsables cristianos y les he trasladado que este concierto representa un peligro para nuestra comunidad", agregó el también clérigo Abdu Abu Kasem.

La activa campaña para evitar que las incómodas canciones de Mashrou' Leila resuenen, como en ediciones anteriores, por el páramo ha incluido peticiones de hacerlas callar "a la fuerza". Tras días de amenazas y advertencias, la organización del festival arrojó la toalla este martes. "En una decisión sin precedentes, y como resultado de una sucesión de acontecimientos, el comité organizador se ha visto obligado a suspender el concierto de Mashrou' Leila para evitar el derramamiento de sangre y garantizar la estabilidad y la seguridad, frente al comportamiento de algunos. Lamentamos lo sucedido y nos disculpamos con el público". El festival no ofrecerá un grupo alternativo porque "Mashrou' Leila resulta insustituible".

La banda, con un estilo que mezcla pop, jazz y ritmos orientales y latinos y con actuaciones programadas este otoño en Los Ángeles y Nueva York, no ha dudado en plantar batalla. Jamás se han escondido. Hace años que su vocalista y autor de las letras, Hamed Sinno, reconoció en público su homosexualidad. "Alguien tenía que hacerlo", respondió Sinno cuando le interrogaron por su sonada salida del armario. Precisamente en 2010, durante su primer concierto en el festival de Biblos, el líder del grupo apareció sobre el escenario con una bandera arcoiris para júbilo del público y tormento de las autoridades que habían acudido. Desde entonces, se ha convertido en uno de los contados iconos que defienden los maltratados derechos de la comunidad homosexual en Oriente Próximo, perseguida por fuerzas de seguridad y milicias y demonizada en unos amordazados medios de comunicación.

"Somos cuatro libaneses de diferentes religiones unidos por nuestro amor a la música que estudiamos arquitectura en la Universidad Americana de Beirut", esbozó la banda en un comunicado en el que denuncian ser víctimas de una "campaña de difamación" tras años cantando unas composiciones que "no intentan ofender a nadie ni a su sistema de valores". "Nuestro objetivo es promover nuestro arte y arrojar luz sobre las causas humanas, ni más ni menos, respetando a todas las religiones y sus símbolos".

La arremetida de las autoridades eclesiásticas ha estado acompañada por muestras de adhesión como la presentación de una demanda por un abogado ante la fiscalía pública en la que insta al Estado libanés a juzgar a la banda por "insultar la religión, instigar el sectarismo y propagar y promover la homosexualidad", ilegal según el código penal local. Dos miembros del grupo fueron arrestados el pasado miércoles por la Seguridad del Estado y liberados poco después por orden de la fiscalía general.

La campaña de odio suscitó la rápida condena de organizaciones como Amnistía Internacional. "Las autoridades, principalmente el ministerio de Interior, tienen la responsabilidad de adoptar las medidas necesarias para garantizar que la banda es protegida de esta malévola campaña y que el concierto no es cancelado por motivos de seguridad", señaló Lynn Maalouf, directora de investigación de Amnistía en Oriente Próximo, antes de que el festival decidiera plegarse a las amenazas. Los activistas de derechos humanos recuerdan la contribución de Mashrou' Leila a abordar desde la música tabúes de la sociedad árabe como el patriarcado, la homosexualidad, la guerra, la violencia doméstica o la corrupción que ha arrasado las aspiraciones de generaciones enteras.

Su defensa cerrada de las libertades públicas les ha convertido en blanco de los actuales amos de Oriente Próximo: autócratas y pacatos líderes religiosos, musulmanes y cristianos. En 2017 Jordania canceló un concierto de Mashrou' Leila tras las críticas de parlamentarios y clérigos y poco después de levantar un veto que pesaba sobre el grupo desde un año antes. En Egipto, tampoco son bienvenidos desde que enseñas del movimiento LGTBI asomaran por un concierto en septiembre de 2017 y las fuerzas de seguridad desataran una campaña de arrestos de los asistentes, acusados de libertinaje.

A pesar de los nubarrones, las cuatro almas del grupo nunca han claudicado y siguen denunciando el "conservadurismo fanático que ha contribuido a hacer de Oriente Próximo una región tóxica durante la última década" y que continúa asfixiando a los más jóvenes. Hace dos años, cuando la monarquía de Abdalá II permitió que los radicales ganaran la partida, Mashrou' Leila -que se ha reunido sin éxito durante la última semana con líderes cristianos libaneses- declaró a modo de manifiesto: "No cambiaremos la forma en la que hacemos e interpretamos nuestra música. No nos dan miedo las amenazas de muerte que hemos recibido. Nos negamos a sentir vergüenza por apoyar a un compañero homosexual. Estamos orgullosos de nuestro trabajo y de nuestro público".

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