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Juan Andrés Teno | 1 de cada 10, 20 Minutos, 2019-07-27
https://blogs.20minutos.es/1-de-cada-10/2019/07/27/el-pim-pam-pum-a-lo-lgtbi/
Desde que el pasado 2 de diciembre la extrema derecha accediese por primera vez a una institución democrática se ha desatado una furia sin sentido que no se conocía desde hace mucho tiempo en este país en contra de las personas LGTBI; una ola de difamaciones que está poniendo en riesgo los derechos adquiridos de un grupo de la población española que aún se encuentra en riesgo de vulnerabilidad.
La ira de Vox ha abierto las puertas para que, desde otros espacios y otras ideologías, se pongan en duda no sólo realidades referidas a orientaciones e identidades, sino que, en un alarde de artificio ideologizado, se haya intentado desacreditar el activismo LGTBI, que, con sus luces y sus sombras, lo único que ha conseguido en las últimas décadas es devolver la dignidad arrebatada por la historia a lesbianas, gais, personas trans y personas bisexuales.
Las soflamas del partido de Abascal siguen pasando por negar el matrimonio igualitario, rechazar la asistencia médica a las personas trans en la sanidad pública, negar la posibilidad de amar entre personas del mismo sexo y dinamitar la representatividad de las entidades LGTBI acusándolas de estar fuertemente ideologizadas.
La mecha de esta ola dramatizada de LGTBIfobia, que tantos meses ha ido cebando a la opinión pública, se levantó en llamas coincidiendo con la conmemoración del Orgullo LGTBI, en el que por primera vez, en vez de replicar mensajes de dignidad hacia este colectivo, se han alzado voces críticas que cuestionan la esencia misma de ser disidente de una sociedad donde lo heterosexual y lo cisexual parece que quiere reivindicarse como única solución de normalidad y naturalidad.
Lo anacrónico es la disparidad de quienes han emitido estos mensajes y que transitan desde Isabel Díaz Ayuso, los dirigentes autonómicos de PP y Ciudadanos o el mismísimo presidente del gobierno. Y luego resta la calle, la ciudadanía sin nombre, que replica en forma de violencia lo que cree que le trasladan sus mayores en la escena política.
Muchas de estas personas y entidades hablan de “lo LGTB”, obviando que tras estas sigas hay sencillamente seres humanos. No, nunca seremos “lo LGTB” somos y seremos personas con una orientación sexual y una identidad de género no normativas, somos y seremos personas LGTB, somos y seremos mujeres lesbianas, hombres gays, personas bisexuales, personas trans y personas no binarias.
PP y Ciudadanos en los pactos de gobierno autonómicos
El Partido Popular y Ciudadanos andan como locos para conseguir la mayoría suficiente y poder gobernar en aquellas autonomías donde sus dos formaciones no suman los suficientes escaños. Y para ello no han tenido problema en sentarte a hablar, negociar y pactar con Vox, ese partido de extrema derecha que llama violencia intrafamiliar al asesinato de mujeres, que culpa a los movimientos migratorios de todos los males posibles y que considera un lobby ideologizado a quienes dejan su vida y sus recursos en la defensa de las personas LGTB y sus familias.
Y cuando uno se sienta y pacta con la extrema derecha hay que ceder y asumir planteamientos de esta ideología totalitaria. Por eso en Murcia y Madrid parece ser que se va a activar el llamado pin parental. Porque estas señoras y estos señores consideran, ante la inexistencia de una verdadera educación sexual en el sistema público, que es más conveniente que las personas adolescentes se formen en sexualidad a través de la pornografía, que mediante el voluntariado de entidades LGTB, que en estos momentos son los únicos que ofrecen una información veraz sobre sexualidad, mas allá de la función reproductiva de los órganos sexuales, que es lo único que ofrecen hoy en día los libros de texto.
Además, en Madrid Vox ha pedido listas negras de los activistas de Cogam que trabajan en los centros educativos y el PP ha respondido que nos tendremos que ir acostumbrando a dar estos datos. Todo por ser presidenta, todo un sillón.
El Presidente del Gobierno en su investidura
Las reivindicaciones del colectivo LGTBI han tenido presencia en el fallido debate de investidura del gobierno central, aunque de una forma torticera y sirviendo como ariete para arremeter unas formaciones contra otras. Más allá del discurso repetido y discapacitante de la extrema derecha, ha sorprendido que Pedro Sánchez, cuando enumeró las acciones que pensaba desarrollar en los próximos cuatro años para defender a este grupo poblacional, se “olvidó” mencionar que aprobarían la Ley de Igualdad LGTBI, que es la mayor reivindicación que le han traslado las entidades del sector.
De nada sirven recepciones oficiales en el palacio de La Moncloa con motivo de la conmemoración de Orgullo, si sólo se conciben como una página de papel cuché y las peticiones que uno recibe se te olvidan en sede parlamentaria.
Isabel Díaz Ayuso y la defensa de la homosexualidad
Por último, cual heroína del tercer acto, ha hecho su aparición en escena la que se postula como presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que recomienda “leer 100%” el artículo de Antonio Castillo Algarra “Defensa de la Homosexualidad”. Este escritor, profesor y productor de teatro arremete contra la manifestación del Orgullo LGTBI, al considerarla como un “tinglado que niega la libertad” y compararla con la exaltación franquista tras ganar la guerra civil. También denosta veladamente a entidades LGTBI al considerarlas como un “organismo putrefacto y venal”.
Pero lo más grave de todo ello es que califica la homosexualidad como una “anormalidad sexual”, al homosexual como un “ser monstruoso”, ya que la “condición homosexual es minoritaria, rara, monstruosa, una condena y una bendición”, afirmando, por último, que pertenece a “esa forma tan problemática de ser hombre que es la homosexualidad masculina”.
Es grave, porque es triste, contemplar a un hombre gay que sigue doliéndose de su orientación sexual, que lo ve como algo negativo, que no asume la belleza de su realidad, ni se siente orgulloso por ser como es. Después de descalificar a las asociaciones LGTB, quizá le conviniera acercarse a una de ellas para que le ofrezcan los servicios profesionales psicológicos que le ayudarán a aceptarse con sabiduría alegría tal y como es. Todo esto se denomina homofobia interiorizada y tiene remedio.
Por su cerrada defensa, parece que este es el tipo de personas LGTB que quiere la Sra. Díaz Ayuso, las que se sienten culpables, dolidas por no ser heterosexuales, la que reniegan del activismo y condena las manifestaciones del Orgullo.
Este pim-pam-pum contra las personas LGTB se ha traducido en el último mes en un importante número de agresiones: el 27 de junio un joven es increpado en Barcelona por su expresión de género; el mismo día dos chicas lesbianas son atacadas en la Gran Vía de Madrid; el 1 de julio dos mujeres son agredidas en un parque público delante de su hijo en Barcelona; el 3 de julio otras dos chicas lesbianas son violentadas por una mujer en el metro de Barcelona; el 6 de julio dos jóvenes gais son atacados en la Ronda de Atocha de Madrid: el 17 de julio un chicho es agredido por cuatro hombres es Barcelona por ser “demasiado gay”; el 21 de julio un hombre es despreciado en el Poble Sec de Barcelona y el mismo días son violentados los integrantes de una peña LGTBI en Yebes (Guadalajara). Además de todo esto, este mismo mes se ha conocido que se ha retirado la custodia a un padre y una madre por agresiones e insultos a su hijo gay de 15 años.
El panorama es preocupante y entristece. Y si uno mira el horizonte ve demasiados nubarrones cargados de odio. Ahora más que nunca es necesario unir fuerzas y denunciar, aplicar políticas de ciudadanos entre quienes siguen defendiendo a las personas LGTBI y no dar un paso atrás, no es posible ni un paso atrás en diversidad. Porque tras las nubes negras llegará la lluvia y con ella siempre aparece el Arcoiris.
La ira de Vox ha abierto las puertas para que, desde otros espacios y otras ideologías, se pongan en duda no sólo realidades referidas a orientaciones e identidades, sino que, en un alarde de artificio ideologizado, se haya intentado desacreditar el activismo LGTBI, que, con sus luces y sus sombras, lo único que ha conseguido en las últimas décadas es devolver la dignidad arrebatada por la historia a lesbianas, gais, personas trans y personas bisexuales.
Las soflamas del partido de Abascal siguen pasando por negar el matrimonio igualitario, rechazar la asistencia médica a las personas trans en la sanidad pública, negar la posibilidad de amar entre personas del mismo sexo y dinamitar la representatividad de las entidades LGTBI acusándolas de estar fuertemente ideologizadas.
La mecha de esta ola dramatizada de LGTBIfobia, que tantos meses ha ido cebando a la opinión pública, se levantó en llamas coincidiendo con la conmemoración del Orgullo LGTBI, en el que por primera vez, en vez de replicar mensajes de dignidad hacia este colectivo, se han alzado voces críticas que cuestionan la esencia misma de ser disidente de una sociedad donde lo heterosexual y lo cisexual parece que quiere reivindicarse como única solución de normalidad y naturalidad.
Lo anacrónico es la disparidad de quienes han emitido estos mensajes y que transitan desde Isabel Díaz Ayuso, los dirigentes autonómicos de PP y Ciudadanos o el mismísimo presidente del gobierno. Y luego resta la calle, la ciudadanía sin nombre, que replica en forma de violencia lo que cree que le trasladan sus mayores en la escena política.
Muchas de estas personas y entidades hablan de “lo LGTB”, obviando que tras estas sigas hay sencillamente seres humanos. No, nunca seremos “lo LGTB” somos y seremos personas con una orientación sexual y una identidad de género no normativas, somos y seremos personas LGTB, somos y seremos mujeres lesbianas, hombres gays, personas bisexuales, personas trans y personas no binarias.
PP y Ciudadanos en los pactos de gobierno autonómicos
El Partido Popular y Ciudadanos andan como locos para conseguir la mayoría suficiente y poder gobernar en aquellas autonomías donde sus dos formaciones no suman los suficientes escaños. Y para ello no han tenido problema en sentarte a hablar, negociar y pactar con Vox, ese partido de extrema derecha que llama violencia intrafamiliar al asesinato de mujeres, que culpa a los movimientos migratorios de todos los males posibles y que considera un lobby ideologizado a quienes dejan su vida y sus recursos en la defensa de las personas LGTB y sus familias.
Y cuando uno se sienta y pacta con la extrema derecha hay que ceder y asumir planteamientos de esta ideología totalitaria. Por eso en Murcia y Madrid parece ser que se va a activar el llamado pin parental. Porque estas señoras y estos señores consideran, ante la inexistencia de una verdadera educación sexual en el sistema público, que es más conveniente que las personas adolescentes se formen en sexualidad a través de la pornografía, que mediante el voluntariado de entidades LGTB, que en estos momentos son los únicos que ofrecen una información veraz sobre sexualidad, mas allá de la función reproductiva de los órganos sexuales, que es lo único que ofrecen hoy en día los libros de texto.
Además, en Madrid Vox ha pedido listas negras de los activistas de Cogam que trabajan en los centros educativos y el PP ha respondido que nos tendremos que ir acostumbrando a dar estos datos. Todo por ser presidenta, todo un sillón.
El Presidente del Gobierno en su investidura
Las reivindicaciones del colectivo LGTBI han tenido presencia en el fallido debate de investidura del gobierno central, aunque de una forma torticera y sirviendo como ariete para arremeter unas formaciones contra otras. Más allá del discurso repetido y discapacitante de la extrema derecha, ha sorprendido que Pedro Sánchez, cuando enumeró las acciones que pensaba desarrollar en los próximos cuatro años para defender a este grupo poblacional, se “olvidó” mencionar que aprobarían la Ley de Igualdad LGTBI, que es la mayor reivindicación que le han traslado las entidades del sector.
De nada sirven recepciones oficiales en el palacio de La Moncloa con motivo de la conmemoración de Orgullo, si sólo se conciben como una página de papel cuché y las peticiones que uno recibe se te olvidan en sede parlamentaria.
Isabel Díaz Ayuso y la defensa de la homosexualidad
Por último, cual heroína del tercer acto, ha hecho su aparición en escena la que se postula como presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que recomienda “leer 100%” el artículo de Antonio Castillo Algarra “Defensa de la Homosexualidad”. Este escritor, profesor y productor de teatro arremete contra la manifestación del Orgullo LGTBI, al considerarla como un “tinglado que niega la libertad” y compararla con la exaltación franquista tras ganar la guerra civil. También denosta veladamente a entidades LGTBI al considerarlas como un “organismo putrefacto y venal”.
Pero lo más grave de todo ello es que califica la homosexualidad como una “anormalidad sexual”, al homosexual como un “ser monstruoso”, ya que la “condición homosexual es minoritaria, rara, monstruosa, una condena y una bendición”, afirmando, por último, que pertenece a “esa forma tan problemática de ser hombre que es la homosexualidad masculina”.
Es grave, porque es triste, contemplar a un hombre gay que sigue doliéndose de su orientación sexual, que lo ve como algo negativo, que no asume la belleza de su realidad, ni se siente orgulloso por ser como es. Después de descalificar a las asociaciones LGTB, quizá le conviniera acercarse a una de ellas para que le ofrezcan los servicios profesionales psicológicos que le ayudarán a aceptarse con sabiduría alegría tal y como es. Todo esto se denomina homofobia interiorizada y tiene remedio.
Por su cerrada defensa, parece que este es el tipo de personas LGTB que quiere la Sra. Díaz Ayuso, las que se sienten culpables, dolidas por no ser heterosexuales, la que reniegan del activismo y condena las manifestaciones del Orgullo.
Este pim-pam-pum contra las personas LGTB se ha traducido en el último mes en un importante número de agresiones: el 27 de junio un joven es increpado en Barcelona por su expresión de género; el mismo día dos chicas lesbianas son atacadas en la Gran Vía de Madrid; el 1 de julio dos mujeres son agredidas en un parque público delante de su hijo en Barcelona; el 3 de julio otras dos chicas lesbianas son violentadas por una mujer en el metro de Barcelona; el 6 de julio dos jóvenes gais son atacados en la Ronda de Atocha de Madrid: el 17 de julio un chicho es agredido por cuatro hombres es Barcelona por ser “demasiado gay”; el 21 de julio un hombre es despreciado en el Poble Sec de Barcelona y el mismo días son violentados los integrantes de una peña LGTBI en Yebes (Guadalajara). Además de todo esto, este mismo mes se ha conocido que se ha retirado la custodia a un padre y una madre por agresiones e insultos a su hijo gay de 15 años.
El panorama es preocupante y entristece. Y si uno mira el horizonte ve demasiados nubarrones cargados de odio. Ahora más que nunca es necesario unir fuerzas y denunciar, aplicar políticas de ciudadanos entre quienes siguen defendiendo a las personas LGTBI y no dar un paso atrás, no es posible ni un paso atrás en diversidad. Porque tras las nubes negras llegará la lluvia y con ella siempre aparece el Arcoiris.
Juan Andrés Teno, periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar.
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