jueves, 11 de agosto de 2022

#hemeroteca #lgtbi #orgullo | Orgullo LGTBI, más de 50 años de reivindicación

Marca / la bandera arcoíris, símbolo del Orgullo LGTBI //

Orgullo LGTBI, más de 50 años de reivindicación.

Las reivindicaciones, la lucha y el activismo LGBTIAQ+ nacieron hace más de 50 años en EEUU. En España, la primera manifestación se produjo en 1977. A lo largo de este tiempo, el movimiento de este colectivo se ha convertido en una celebración de la diversidad, de la vida libre y de la identidad.
Ana Antelo Pousa | CuídatePlus, Marca, 2022-08-11
https://cuidateplus.marca.com/bienestar/2022/08/11/orgullo-lgtbi-mas-50-anos-reivindicacion-179978.html 

Hace algunas semanas se celebró en muchos lugares del mundo el Día (y el Mes) del Orgullo LGBTIAQ+ y, aunque junio pueda parecer ya lejano, las reivindicaciones, la lucha y el activismo LGBTIAQ+ siguen siendo hoy tan importantes como lo eran hace poco más de 20 días o lo fueron hace 40 años.

El motivo por el que esta reivindicación se realiza el 28 de junio tenemos que buscarlo en el Nueva York de 1969, cuando los disturbios de Stonewall desembocaron en una movilización masiva y combativa de todo el colectivo, que se lanzó a las calles con orgullo y valentía, para manifestarse ante la persecución social, institucional y policial a la que se veían sometidos, reclamando los derechos que se les estaban negando.

Durante los años 60 en EEUU, la diversidad sexual era duramente perseguida y era muy habitual que la policía realizara redadas en los bares en los que habitualmente se reunían las personas LGBTIAQ+. Allí, se detenía a aquellas personas que no pudiesen identificarse, que vistieran ropas asignadas al sexo contrario al que figuraba en su identificación o que estuviesen ligando con personas de su mismo sexo.

El 28 de junio de 1969 se produjo una redada policial en el Pub Stonewall Inn, que no tenía licencia para servir bebidas alcohólicas porque estas no se concedían a establecimientos que tuviesen como clientela habitual a personas del colectivo. En esta ocasión, sin embargo, las personas que estaban contemplando el arresto comenzaron a increpar a la policía y se resistieron ante la injusticia de estas detenciones. El disturbio, al que se fueron sumando personas ajenas al pub que se encontraban en la zona, generó, durante toda la noche, una movilización que no había vivido nunca el colectivo.

El movimiento empezó al día siguiente. Esta rebelión sirvió como revulsivo para el surgimiento de una oleada de manifestaciones por la lucha contra la opresión y la violencia que soportaban. Hasta este momento, las instituciones y la sociedad les había hecho sentir que su diversidad sexual, su orientación y sus identidades eran algo de lo que avergonzarse y, por tanto, algo que ocultar. Pero, apoyándose en esa indignación acumulada que facilitó los disturbios de Stonewall, invadieron las calles, haciéndose visibles, ocupando espacios públicos, reivindicando la diversidad, mostrándose orgullosos de ella, en lucha contra el silencio y la vergüenza.

El Orgullo en España

En España, la primera manifestación del orgullo se organizó en Barcelona en 1977 y fue disuelta de manera violenta por la policía. Un año después, en 1978, se celebró en Madrid la primera manifestación autorizada en favor de los derechos de las personas del colectivo. Fue en noviembre [i.e. diciembre, 26 de] de este mismo año cuando, por fin, se modificó parcialmente la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social (que no fue derogada definitivamente hasta 1996), que penalizaba la homosexualidad con multas e ingresos en prisión o centros psiquiátricos.

Han pasado 45 años desde esta primera manifestación y el Orgullo se ha convertido en una celebración de una diversidad que nos enriquece como sociedad, un canto a la libertad de ser uno mismo y demostrarlo. Sin embargo, el Orgullo no es únicamente un despliegue festivo; el Orgullo sigue siendo una reivindicación de unos derechos adquiridos, que pueden perderse si no se siguen luchando, y una denuncia de la discriminación que el colectivo sigue sufriendo (acoso, bullying, ataques y agresiones en aumento, intentos de invisibilización, etc.). El Orgullo pone de relieve que no se avanza en toda la diversidad con la misma facilidad, que hay personas del colectivo más invisibilizadas que sufren estas violencias en mayor medida, luchando desde el feminismo, la clase, la raza, las disidencias de género, etc.

Y es que el ser humano se construye en diversidad, desde la diversidad, gracias a la diversidad. De la misma forma que nuestras manos y ojos son únicos, nuestra sexualidad también lo es. Desde nuestra propia concepción, en la que un óvulo y un espermatozoide se unen (con cargas genéticas únicas e irrepetibles), empieza nuestro proceso de sexuación y empezamos a ser diferentes de todas las personas que existen y existirán.

Durante la gestación, las cargas hormonales y las condiciones intrauterinas serás distintas para cada bebé y cada cuerpo irá conformándose de manera distinta. La identidad, que vertebra nuestra existencia irá forjándose, de la misma manera que lo hará nuestra orientación, nuestros deseos y nuestra manera de mostrarnos en el mundo.

El Orgullo ha sido siempre una celebración de la diversidad, de la vida libre y de la identidad, una gran fiesta en la que hacerse visibles y demostrarle al mundo que están ahí, que forman parte de la naturalidad del ser humano y que, aunque durante muchos años hayan tenido que ocultarse para protegerse en una sociedad que los violentaba, que negaba su realidad y su proceso de sexuación, y que pregonaba que se trataba de una vergüenza a ocultar y enmendar como si fuese un error (considerándolo incluso enfermedad mental), nunca dejaron de estar.

El Orgullo es también, y precisamente quizá por ello, un grito de presencia para asegurar que no se olvida de ese pasado, que los derechos se consiguen pero que también pueden perderse, de subrayar que siguen sufriendo violencia, y de que, en algunas partes del mundo, ser persona LGBTAQ+ sigue siendo un delito, que por algo tan natural como la orientación o la identidad, pueden ser penados. Y de que aún queda un largo camino por transitar.

Ana Antelo Pousa. Psicóloga especializada en terapia sexual y de pareja

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