Imagen: El País / Arcópoli en MADO 2018 |
La revuelta de 1969 fue un punto de inflexión para los grupos que defendían los derechos de gais, lesbianas y transexuales.
Enric Prat / Jordi Mir | El País, 2019-06-28
https://elpais.com/elpais/2019/06/27/opinion/1561629643_815907.html
Este año se celebra el 50º aniversario de la revuelta que se inició la madrugada del 28 de junio de 1969 en el Stonewall Inn, un bar situado en el barrio de Greenwich Village de Nueva York, que era frecuentado por gais, lesbianas, travestis y transexuales. Un pequeño espacio donde intentar convertir en libertad la represión sufrida en su sociedad. Después de una nueva redada, cuando los policías iban sacando la clientela a la calle para trasladarla a la comisaría, una multitud de personas se concentró delante del local. Los agentes se encerraron en el bar, después llegaron refuerzos policiales y se iniciaron los enfrentamientos.
En el marco de aquella lucha, en la que participaron unas dos mil personas, diversos grupos decidieron formar, en Estados Unidos, el Gay Liberation Front (GLF). Se declararía el 28 de junio Día del Orgullo, en recuerdo de la revuelta de Stonewall, y la primera manifestación del Orgullo se realizaría en Nueva York en 1970.
Stonewall representó un punto de inflexión para los grupos que defendían los derechos de las personas gais, lesbianas y transexuales. Pasaron a la ofensiva, saliendo a la calle a reclamar sus derechos y a proclamar públicamente el orgullo que sentían. La creación del GLF estimuló la constitución de grupos y frentes de liberación gais en muchos países.
La revuelta de 1969 puede ser vista como un punto de no retorno. Llegó al final de una década de gran movilización social en muchos países y tras el cambio cultural que en diferentes ámbitos desencadenó el año 1968. Se pasó de la ocultación, el miedo y la vergüenza al orgullo, a la reivindicación y a la voluntad de transformar unas sociedades autoritarias, represivas, discriminadoras y generadoras de dolor.
En España se formaron diversos grupos de liberación homosexual para responder a la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social (LPRS), aprobada por las Cortes en 1970, según la cual los homosexuales eran peligrosos sociales y serían perseguidos y sancionados. Entre ellos hay que destacar la Agrupación Homófila para la Igualdad Sexual, fundada en 1970 y que en 1971 cambiaría el nombre, adoptando el de Movimiento Español de Liberación Homosexual, y el Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC), constituido a finales de 1975.
Entre 1976 y 1977 se crearon frentes de liberación homosexual o gay en diferentes comunidades autónomas, que en 1977 constituyeron la Coordinadora de Frentes de Liberación Homosexual del Estado Español. La primera manifestación del Orgullo se realizaría en Barcelona el 26 de junio de 1977. En 1978, se producirían manifestaciones multitudinarias contra esa ley en las grandes ciudades. Como resultado de esas movilizaciones, el Gobierno aprobó el 26 de diciembre de 1978 una reforma por la cual se suprimieron las alusiones a la homosexualidad que había en la LPRS.
De las décadas de 1980, 1990 y 2000 hay que resaltar la tarea pedagógica para combatir la idea errónea que había sobre el sida como una enfermedad homosexual y las actividades de prevención impulsadas por la Coordinadora Gay-Lesbiana; la campaña a favor de una ley de parejas de hecho, que conseguiría que el Parlamento de Cataluña aprobara el 30 de junio de 1998 la Ley de Uniones Estables de Parejas, y las multitudinarias movilizaciones a favor del derecho al matrimonio y a la adopción de las parejas homosexuales convocadas por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales.
El movimiento LGTBI ha conseguido hacer efectivas algunas de sus principales reivindicaciones. Sus conquistas legales han transformado de manera profunda las formas de vida de los colectivos de lesbianas, gais, trans, bisexuales e intersexuales y han repercutido considerablemente en la sociedad. Entre las reclamaciones encaminadas a la eliminación de la discriminación legal por motivos de orientación sexual e identidad de género y a garantizar la igualdad de derechos, hay que destacar la aprobación, desde 2001, en 25 países del mundo, de leyes que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo y reconocen su derecho a adoptar.
Ahora bien, incluso en los países donde se ha logrado la igualdad legal siguen produciéndose situaciones de discriminación y expresiones de homofobia, lesbofobia, bifobia y transfobia. Entre los objetivos pendientes de conseguir hay que resaltar la eliminación de todo tipo de agresiones y discriminaciones, la promoción de una educación que valore la diversidad sexoafectiva existente y cuestione las identidades de género tradicionales, y una modificación de las ideas y actitudes de la ciudadanía con el propósito de que vaya desapareciendo la LGTBIfobia.
Enric Prat Carvajal es historiador y profesor de Ciencia Política en la Universitat Autònoma de Barcelona y Jordi Mir Garcia es profesor de Humanidades en la Universitat Pompeu Fabra.
En el marco de aquella lucha, en la que participaron unas dos mil personas, diversos grupos decidieron formar, en Estados Unidos, el Gay Liberation Front (GLF). Se declararía el 28 de junio Día del Orgullo, en recuerdo de la revuelta de Stonewall, y la primera manifestación del Orgullo se realizaría en Nueva York en 1970.
Stonewall representó un punto de inflexión para los grupos que defendían los derechos de las personas gais, lesbianas y transexuales. Pasaron a la ofensiva, saliendo a la calle a reclamar sus derechos y a proclamar públicamente el orgullo que sentían. La creación del GLF estimuló la constitución de grupos y frentes de liberación gais en muchos países.
La revuelta de 1969 puede ser vista como un punto de no retorno. Llegó al final de una década de gran movilización social en muchos países y tras el cambio cultural que en diferentes ámbitos desencadenó el año 1968. Se pasó de la ocultación, el miedo y la vergüenza al orgullo, a la reivindicación y a la voluntad de transformar unas sociedades autoritarias, represivas, discriminadoras y generadoras de dolor.
En España se formaron diversos grupos de liberación homosexual para responder a la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social (LPRS), aprobada por las Cortes en 1970, según la cual los homosexuales eran peligrosos sociales y serían perseguidos y sancionados. Entre ellos hay que destacar la Agrupación Homófila para la Igualdad Sexual, fundada en 1970 y que en 1971 cambiaría el nombre, adoptando el de Movimiento Español de Liberación Homosexual, y el Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC), constituido a finales de 1975.
Entre 1976 y 1977 se crearon frentes de liberación homosexual o gay en diferentes comunidades autónomas, que en 1977 constituyeron la Coordinadora de Frentes de Liberación Homosexual del Estado Español. La primera manifestación del Orgullo se realizaría en Barcelona el 26 de junio de 1977. En 1978, se producirían manifestaciones multitudinarias contra esa ley en las grandes ciudades. Como resultado de esas movilizaciones, el Gobierno aprobó el 26 de diciembre de 1978 una reforma por la cual se suprimieron las alusiones a la homosexualidad que había en la LPRS.
De las décadas de 1980, 1990 y 2000 hay que resaltar la tarea pedagógica para combatir la idea errónea que había sobre el sida como una enfermedad homosexual y las actividades de prevención impulsadas por la Coordinadora Gay-Lesbiana; la campaña a favor de una ley de parejas de hecho, que conseguiría que el Parlamento de Cataluña aprobara el 30 de junio de 1998 la Ley de Uniones Estables de Parejas, y las multitudinarias movilizaciones a favor del derecho al matrimonio y a la adopción de las parejas homosexuales convocadas por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales.
El movimiento LGTBI ha conseguido hacer efectivas algunas de sus principales reivindicaciones. Sus conquistas legales han transformado de manera profunda las formas de vida de los colectivos de lesbianas, gais, trans, bisexuales e intersexuales y han repercutido considerablemente en la sociedad. Entre las reclamaciones encaminadas a la eliminación de la discriminación legal por motivos de orientación sexual e identidad de género y a garantizar la igualdad de derechos, hay que destacar la aprobación, desde 2001, en 25 países del mundo, de leyes que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo y reconocen su derecho a adoptar.
Ahora bien, incluso en los países donde se ha logrado la igualdad legal siguen produciéndose situaciones de discriminación y expresiones de homofobia, lesbofobia, bifobia y transfobia. Entre los objetivos pendientes de conseguir hay que resaltar la eliminación de todo tipo de agresiones y discriminaciones, la promoción de una educación que valore la diversidad sexoafectiva existente y cuestione las identidades de género tradicionales, y una modificación de las ideas y actitudes de la ciudadanía con el propósito de que vaya desapareciendo la LGTBIfobia.
Enric Prat Carvajal es historiador y profesor de Ciencia Política en la Universitat Autònoma de Barcelona y Jordi Mir Garcia es profesor de Humanidades en la Universitat Pompeu Fabra.
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