Imagen: El Mundo / Carlos Peralta y Víctor Gutiérrez |
Uno ha competido en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y es plusmarquista de España. El otro, máximo goleador de la liga de waterpolo. Ambos son gais visibles en un terreno tan complicado como el deportivo y recogen el guante del diario deportivo 'L'Equipe'.
José Luis Romo | LOC, El Mundo, 2019-06-23
https://www.elmundo.es/loc/famosos/2019/06/23/5d0c9cf5fc6c8354068b46a7.html
Ninguno de los dos prueba la temperatura del agua antes de lanzarse a la piscina. Carlos Peralta (25 años), nadador olímpico, se tira de cabeza, tras ajustarse su gorro con la bandera de España. Le sigue Víctor Gutiérrez (28), máximo goleador de la liga Premaat de Waterpolo, con su impresionante 1,93 cm de estatura. Ambos se han criado prácticamente en el agua y están en su ambiente.
Es mediodía de un caluroso jueves de junio y se encuentran en el madrileño Centro de Natación Mundial 86. En la piscina cubierta en la que Gutiérrez y Peralta chapotean, un nadador entrena ajeno a la presencia de los dos deportistas. Al fondo, varios adolescentes están estirando cuando se percatan de la presencia de un fotógrafo. Algunos vuelven la vista hacia este par de chicarrones, que comienzan a reírse mientras se acercan. El fotógrafo hace un par de pruebas, mide la luz y les dice: "Venga, vamos a hacer un prueba". Entonces, ambos emergen del agua y juntan sus labios entre risas y cloro. Ahora sí que han captado la atención de la muchachada...
Ni Víctor ni Carlos son pareja. Aunque sí son gais y amigos desde hace años. Ambos han aceptado el reto que les ha propuesto LOC, emular la portada de L'Equipe en la que dos nadadores de waterpolo se besaban para derribar tabúes. El titular del diario deportivo galo rezaba "Besa a quien quieras" y hacía un rotundo alegato contra la homofobia en el deporte profesional.
Sin embargo, en la publicación francesa los atractivos protagonistas de la imagen eran un director y un actor, Adrien Leongue y Cédric Le Gallo, que habían filmado una película sobre su equipo de waterpolo gay, ‘Les Crevettes Pailletées’, en el que ambos jugaban. El mérito de Carlos Peralta y Víctor Gutiérrez es que ellos sí han participado en competiciones deportivas de élite, no sólo en las restringidas al terreno LGTBI. Ambos, además, se han atrevido en los últimos años a dar un paso al frente y hablar públicamente de su homosexualidad. Su objetivo: contribuir a la visibilidad de gais y lesbianas en el terreno deportivo y ayudar a jóvenes que quizás se sientan tan desorientados como todo homosexual se ha sentido en algún momento de su vida cuando se da cuenta de que hay algo diferente en él. "Si un beso como éste va a ayudar a que la gente vea esto como algo normal, cómo no lo vamos hacer", cuenta Víctor Gutiérrez sonriendo.
Hace tiempo que ni él ni Carlos esconden quiénes son y cada uno tiene su propia historia sobre lo qué supone salir del armario en el mundo del deporte de élite. Comencemos con la cruz.
"No era feliz"
21 veces campeón de España absoluto en 200 metros mariposa, Carlos Peralta tiene los anillos olímpicos tatuados en su antebrazo. En 2016, cumplió uno de los grandes sueños de su vida, competir en las Olimpiadas de Río de Janeiro. Allí se encontró con uno de los grandes nadadores de todos los tiempos, Michael Phelps. Y, sin embargo, este malagueño confiesa que aquellos días no fue feliz. "No lo era porque no era yo mismo". Peralta asegura que, durante mucho tiempo, negó su sexualidad y se volcó en la natación. "El deporte te hace sentir especial porque ganas medallas. Pero yo no quiero sentirme especial, quiero ser feliz".
Cuando decidió hablar de lo que sentía, se chocó con la oposición de su club de natación. "Que no me digan que no hay homofobia en el deporte porque no es verdad". Asegura que sintió el rechazo de compañeros y entrenadores. "Yo estudiaba medicina mientras entrenaba. Me ponían las cosas muy fáciles porque hacía muy buenas marcas y, de repente, de un día para otro, se me castigaba y penalizaba por cosas absurdas".
Una de las frases más dolorosas que escuchó fue a un entrenador, por el que sentía mucho aprecio, que le dijo que prefería un hijo enfermo a un hijo gay. "Yo llevo escuchando lo de maricón toda mi vida. 'El último que llegue, maricón'. 'No llores, no seas maricón'".
Y pese a todo, Peralta no se arrepiente de su decisión. "Saber que he ayudado a muchos jóvenes haciéndome visible me ha hecho muy feliz. Recibí muchos mensajes de ánimo y ahora me siento yo mismo". ¿Intentará competir en los juegos de Tokio? "No lo sé, he estado entrenando pero no lo tengo claro. El agua me recuerda a una época en la que no era feliz ".
La otra cara de la moneda es la historia luminosa de Víctor Gutiérrez. Su salida del armario fue para él tan natural como bracear en el agua. "La vida me cambió muy poco", confiesa. "Tenía miedo a exponerme y que pasaran cosas negativas. No llevaba bien lo que pudiera pasar en las redes. Pero mi equipo reaccionó estupendamente igual que me familia", cuenta.
Protocolos contra la LGTBfobia Desde que hablase en Shangay sobre su homosexualidad hace tres años, Víctor no ha visto afectado su rendimiento deportivo. Más bien al contrario. Hace un par de meses recibió una propuesta del CN Terrassa y ha fichado con ellos, tras ser el máximo goleador de su liga. "Con el Canoe quedamos octavos y el Terrassa es el segundo", cuenta contento. "Creo que la mejora en mi juego tiene que ver con que me he quitado un lastre de encima y me muestro como soy. Los clubs de waterpolo, por suerte, son muy abiertos".
Para Víctor es sintomático que en la España de 2019 se pueda hacer una foto como la que ilustra este reportaje. "Ahora, hay deportistas visibles, medios que los apoyan, como vosotros, las instalaciones no poden pegas porque hay un convenio contra LGTBfobia impulsado por la propia consejería de Deportes...".
En efecto, el apoyo de las instituciones es fundamental. Madrid cuenta con un Consejero de Deportes en funciones, Jaime de los Santos, que no ha tenido problemas en hablar de su homosexualidad y que ha creado en los últimos cuatro años un protocolo para acabar con la homofobia. Algo de lo que tomó nota la Real Federación Española de Fútbol.
En febrero la RFEF puso en marcha una plataforma para acabar con la discriminación y la homofobia en el deporte rey. Esa oficina pretendía asesorar a los futbolistas homosexuales de cualquier división. Felipe Sánchez-Pedreño, director de responsabilidad social corporativa de la asociación, la califica como un éxito. "Nadie esperaba algo así por nuestra parte, al principio hubo muchas sorpresas pero hemos recibido muchísimos emails de futbolistas que nos han pedido que les asesoráramos" ¿Alguno de la Primera División? "Por parte de futbolistas profesionales no hemos tenido contacto, sólo de base". Así pues, la eterna pregunta de cuándo saldrá del armario un futbolista de la Liga sigue flotando en el aire.
Los derechos de todos
El año pasado, María León, jugadora de la selección española, que acaba de lograr la gesta de clasificarse para octavos en el mundial de Rusia dio el paso a salir del armario en LOC. Entonces, dijo que "era importante dar la cara por los derechos de todos". Su gesto de valentía no le supuso ningún problema. Con el Barça, su equipo, llegó a la final de la Champions, otro hito del deporte femenino y en redes sus seguidores aumentaron hasta superar los 100.000 seguidores. De hecho, tiene incluso su propio club de fans.
"Por los datos que tenemos en el fútbol femenino la homosexualidad está mucho más aceptada, ellas lo viven con libertad. Dentro del fútbol masculino, detectamos más agresiones en el ámbito adolescente que en el adulto, hemos comprobado que existe una regresión en esto. Hoy en día, un chico de 14 o 15 años lo tiene más difícil que uno de 20 o 25, que decide llevar a su novio a la cena del equipo. Son más castigados", concluye Sánchez-Pedreño.
Por eso, besos como el de Víctor Gutiérrez y Carlos Peralta aún son importantes. Porque el deporte, para los más jóvenes, sigue siendo un terreno en el que el amor entre dos hombres aún es tabú.
Es mediodía de un caluroso jueves de junio y se encuentran en el madrileño Centro de Natación Mundial 86. En la piscina cubierta en la que Gutiérrez y Peralta chapotean, un nadador entrena ajeno a la presencia de los dos deportistas. Al fondo, varios adolescentes están estirando cuando se percatan de la presencia de un fotógrafo. Algunos vuelven la vista hacia este par de chicarrones, que comienzan a reírse mientras se acercan. El fotógrafo hace un par de pruebas, mide la luz y les dice: "Venga, vamos a hacer un prueba". Entonces, ambos emergen del agua y juntan sus labios entre risas y cloro. Ahora sí que han captado la atención de la muchachada...
Ni Víctor ni Carlos son pareja. Aunque sí son gais y amigos desde hace años. Ambos han aceptado el reto que les ha propuesto LOC, emular la portada de L'Equipe en la que dos nadadores de waterpolo se besaban para derribar tabúes. El titular del diario deportivo galo rezaba "Besa a quien quieras" y hacía un rotundo alegato contra la homofobia en el deporte profesional.
Sin embargo, en la publicación francesa los atractivos protagonistas de la imagen eran un director y un actor, Adrien Leongue y Cédric Le Gallo, que habían filmado una película sobre su equipo de waterpolo gay, ‘Les Crevettes Pailletées’, en el que ambos jugaban. El mérito de Carlos Peralta y Víctor Gutiérrez es que ellos sí han participado en competiciones deportivas de élite, no sólo en las restringidas al terreno LGTBI. Ambos, además, se han atrevido en los últimos años a dar un paso al frente y hablar públicamente de su homosexualidad. Su objetivo: contribuir a la visibilidad de gais y lesbianas en el terreno deportivo y ayudar a jóvenes que quizás se sientan tan desorientados como todo homosexual se ha sentido en algún momento de su vida cuando se da cuenta de que hay algo diferente en él. "Si un beso como éste va a ayudar a que la gente vea esto como algo normal, cómo no lo vamos hacer", cuenta Víctor Gutiérrez sonriendo.
Hace tiempo que ni él ni Carlos esconden quiénes son y cada uno tiene su propia historia sobre lo qué supone salir del armario en el mundo del deporte de élite. Comencemos con la cruz.
"No era feliz"
21 veces campeón de España absoluto en 200 metros mariposa, Carlos Peralta tiene los anillos olímpicos tatuados en su antebrazo. En 2016, cumplió uno de los grandes sueños de su vida, competir en las Olimpiadas de Río de Janeiro. Allí se encontró con uno de los grandes nadadores de todos los tiempos, Michael Phelps. Y, sin embargo, este malagueño confiesa que aquellos días no fue feliz. "No lo era porque no era yo mismo". Peralta asegura que, durante mucho tiempo, negó su sexualidad y se volcó en la natación. "El deporte te hace sentir especial porque ganas medallas. Pero yo no quiero sentirme especial, quiero ser feliz".
Cuando decidió hablar de lo que sentía, se chocó con la oposición de su club de natación. "Que no me digan que no hay homofobia en el deporte porque no es verdad". Asegura que sintió el rechazo de compañeros y entrenadores. "Yo estudiaba medicina mientras entrenaba. Me ponían las cosas muy fáciles porque hacía muy buenas marcas y, de repente, de un día para otro, se me castigaba y penalizaba por cosas absurdas".
Una de las frases más dolorosas que escuchó fue a un entrenador, por el que sentía mucho aprecio, que le dijo que prefería un hijo enfermo a un hijo gay. "Yo llevo escuchando lo de maricón toda mi vida. 'El último que llegue, maricón'. 'No llores, no seas maricón'".
Y pese a todo, Peralta no se arrepiente de su decisión. "Saber que he ayudado a muchos jóvenes haciéndome visible me ha hecho muy feliz. Recibí muchos mensajes de ánimo y ahora me siento yo mismo". ¿Intentará competir en los juegos de Tokio? "No lo sé, he estado entrenando pero no lo tengo claro. El agua me recuerda a una época en la que no era feliz ".
La otra cara de la moneda es la historia luminosa de Víctor Gutiérrez. Su salida del armario fue para él tan natural como bracear en el agua. "La vida me cambió muy poco", confiesa. "Tenía miedo a exponerme y que pasaran cosas negativas. No llevaba bien lo que pudiera pasar en las redes. Pero mi equipo reaccionó estupendamente igual que me familia", cuenta.
Protocolos contra la LGTBfobia Desde que hablase en Shangay sobre su homosexualidad hace tres años, Víctor no ha visto afectado su rendimiento deportivo. Más bien al contrario. Hace un par de meses recibió una propuesta del CN Terrassa y ha fichado con ellos, tras ser el máximo goleador de su liga. "Con el Canoe quedamos octavos y el Terrassa es el segundo", cuenta contento. "Creo que la mejora en mi juego tiene que ver con que me he quitado un lastre de encima y me muestro como soy. Los clubs de waterpolo, por suerte, son muy abiertos".
Para Víctor es sintomático que en la España de 2019 se pueda hacer una foto como la que ilustra este reportaje. "Ahora, hay deportistas visibles, medios que los apoyan, como vosotros, las instalaciones no poden pegas porque hay un convenio contra LGTBfobia impulsado por la propia consejería de Deportes...".
En efecto, el apoyo de las instituciones es fundamental. Madrid cuenta con un Consejero de Deportes en funciones, Jaime de los Santos, que no ha tenido problemas en hablar de su homosexualidad y que ha creado en los últimos cuatro años un protocolo para acabar con la homofobia. Algo de lo que tomó nota la Real Federación Española de Fútbol.
En febrero la RFEF puso en marcha una plataforma para acabar con la discriminación y la homofobia en el deporte rey. Esa oficina pretendía asesorar a los futbolistas homosexuales de cualquier división. Felipe Sánchez-Pedreño, director de responsabilidad social corporativa de la asociación, la califica como un éxito. "Nadie esperaba algo así por nuestra parte, al principio hubo muchas sorpresas pero hemos recibido muchísimos emails de futbolistas que nos han pedido que les asesoráramos" ¿Alguno de la Primera División? "Por parte de futbolistas profesionales no hemos tenido contacto, sólo de base". Así pues, la eterna pregunta de cuándo saldrá del armario un futbolista de la Liga sigue flotando en el aire.
Los derechos de todos
El año pasado, María León, jugadora de la selección española, que acaba de lograr la gesta de clasificarse para octavos en el mundial de Rusia dio el paso a salir del armario en LOC. Entonces, dijo que "era importante dar la cara por los derechos de todos". Su gesto de valentía no le supuso ningún problema. Con el Barça, su equipo, llegó a la final de la Champions, otro hito del deporte femenino y en redes sus seguidores aumentaron hasta superar los 100.000 seguidores. De hecho, tiene incluso su propio club de fans.
"Por los datos que tenemos en el fútbol femenino la homosexualidad está mucho más aceptada, ellas lo viven con libertad. Dentro del fútbol masculino, detectamos más agresiones en el ámbito adolescente que en el adulto, hemos comprobado que existe una regresión en esto. Hoy en día, un chico de 14 o 15 años lo tiene más difícil que uno de 20 o 25, que decide llevar a su novio a la cena del equipo. Son más castigados", concluye Sánchez-Pedreño.
Por eso, besos como el de Víctor Gutiérrez y Carlos Peralta aún son importantes. Porque el deporte, para los más jóvenes, sigue siendo un terreno en el que el amor entre dos hombres aún es tabú.
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