sábado, 22 de junio de 2019

#hemeroteca #trans | Una cruda realidad, oculta tras un nombre

Imagen: El Correo / María García
Una cruda realidad, oculta tras un nombre.
La Asociación de Menores Transexuales Chrysallis sigue pidiendo una ley en Castilla y León «ante la discriminación existente».
Silvia de Diego | El Correo, 2019-06-22
https://www.elcorreo.com/miranda/cruda-realidad-oculta-20190623225140-nt.html

El nombre según la Real Academia Española de la Lengua es una palabra que designa o identifica seres animados o inanimados y gramaticalmente es una clase de palabras cuyos elementos poseen género y número, forman sintagmas nominales con diversas funciones sintácticas y designan entidades de diferente naturaleza. Un nombre lo es todo y no es nada y tras un nombre se esconden mil y una historias como la de María García.

Parece que ha subido corriendo las escaleras del sexto piso en dónde hemos quedado. «Uff pensé que no llegaba», dice cogiendo un poco de aire mientras sus ojos claros e intensos se sientan frente a mí y así sin más comienza a relatar su vida. «Desde que nací yo sabía que era mujer lo que pasa que mis padres por sus creencias religiosas eran muy estrictos y no aceptaban la transexualidad ni la homosexualidad ni nada de nada. Mi verdadero yo, siempre estaba oculto», recalca sin querer pasar por alto un episodio especialmente duro. «Me acuerdo que siendo pequeña me estaba bañando mi madre y la dije que cogiera unas tijeras y me cortara mis partes. La reacción fue echarme una bronca y continuar ocultando mi verdadera personalidad tras un cuerpo que no le correspondía».

Recuerda sus años de infancia disfrazándose como una niña jugando siempre con muñecas y, lo que es aterrador, sufriendo bulling en el colegio. «En esa época creo que el bulling era aún más fuerte que ahora. Yo por el miedo al qué dirán o al qué pasará me oculté», reconoce.

Con el paso del tiempo es cuando María decide abandonar las creencias de la religión en la que había sido educada, comienza a salir, a entablar amistades y también a conocer el amor y los desengaños. «Tuve mi primera pareja y con ella precisamente fui sincera al decirle que yo era una persona transexual y si me aceptaría. Hubo una mala racha, lo dejamos y con ello también perdí amistades, me sentía sola. Lo bueno es que algunos amigos los he vuelto a recuperar porque si son verdaderos nunca dejan de existir».

María se armó de valor y decidió hablar con sus padres, les pide que la llamen por su nuevo nombre. «Es curioso porque ellos pensaban que tendrían una niña a la que pondrían este nombre como a mi bisabuela y finalmente ha sido así».

María, que en la actualidad tiene 26 años, se define como una joven sencilla al igual que su nombre y lamenta que «sin querer o queriendo» la sociedad actual frivolice mucho con este tipo de cuestiones sobre todo cuando hay menores de por medio. «Ahora me dicen que disimule mi voz porque es grave y potente, tampoco voy a ir por la vida hablando como un pajarillo», sonríe y me explica que decidió dar a su conocer su caso a través de un grupo abierto en el Facebook precisamente para acallar el murmullo y las habladurías. «A veces voy por la calle y la gente me mira y cuchichea. A veces me digo a mí misma que porqué no me preguntan directamente y se quitan la duda».

Hace ahora dos años María comenzó con la administración de hormonas y en breve se prepara para alguna operación. «También estoy inmersa en el papeleo para el cambio del documento nacional de identidad que es otra batalla» me afirma mientras me aclara que en Miranda hay otra persona en su misma situación y recalca que el apoyo de la familia es algo esencial en todo el proceso. «Mis padres estuvieron un tiempo que no me hablaban pero poco a poco lo han ido aceptando».

Apoyo
Respecto al periodo de información y aperturismo que se está viviendo en la actualidad lo valora de forma muy positiva aunque lamenta que, a pesar de todo lo que existe para vencer el miedo al desconocimiento, los prejuicios sigan existiendo en la sociedad. «Queda mucho camino que recorrer aún. Ahora se lleva lo de etiquetar pero las personas somos personas ante todo con sentimientos y emociones».

Otro de los frentes abiertos para María es la búsqueda de empleo algo que por su condición están siendo aún más difícil. «El otro día en una frutería me dijo el chico que me veía rara que la gente me iba a mirar. En vez de hacerme una prueba y ver si yo valía realmente para el puesto de trabajo», lamenta.

La historia de María es una de tantas que aún permanecen ocultas y que poco a poco salen a la luz, para la visualización y la normalización de estas vidas se encuentra en Burgos una delegación de la Asociación de Menores Transexuales Chrysallis que nació a nivel estatal el 1 de julio de 2013. «Los meses previos algunas familias de todo el estado nos habíamos ido encontrando a través de las redes sociales o de asociaciones de personas transexuales adultas, coincidiendo en varias cuestiones. La fundamental: todas teníamos una hija o hijo transexual (las identidades no binarias tardaron un poco más en aparecer) y necesitábamos respuestas que no encontrábamos. Ni la legislación existente ni las administraciones, contemplaban nuestra realidad, la respuesta que recibíamos por parte de los profesionales no nos satisfacía (en numerosísimas ocasiones, su desconocimiento era la causa del sufrimiento de nuestr@s niñ@s) y no existían colectivos similares que estuvieran trabajando en ello.»..

Ante el hecho de que en todo el territorio nacional las competencias en diferentes áreas como Sanidad y Educación son transferidas por comunidades se crean las delegaciones. «En Castilla y León somos cerca de 40 familias asociadas pero hay muchos casos más. La gente es reacia a visibilizarse. En Burgos prestamos nuestra ayuda a 10 asociados pero acompañamos a otras familias y a otros chavales mayores de edad que no reciben ningún tipo de apoyo».

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