La propuesta de Mariel Clayton |
El borrador del nuevo decreto de construcción propone rediseñar los espacios para mejorar la seguridad de las mujeres y compartir las tareas domésticas.
Pedro Gorospe | El País, 2019-09-19
https://elpais.com/sociedad/2019/09/19/actualidad/1568888889_988554.html
¿Se puede diseñar un edificio de forma deliberada para facilitar la igualdad entre hombres y mujeres, por ejemplo en materia de corresponsabilidad y seguridad? ¿Se pueden establecer normas de habitabilidad con perspectiva de género? El Gobierno vasco no tiene ninguna duda. El Departamento de Vivienda está trabajando en un decreto con las nuevas normas de construcción y de habitabilidad —todavía en fase de borrador— que analiza todos los espacios, tanto de los elementos comunes de los edificios como los de cada vivienda, para facilitar la seguridad y la integración de las tareas domésticas que todavía siguen separadas por sexos. Con este objetivo, se mete, literalmente, hasta en la cocina: entre las medidas que se estudian, está integrar este espacio en el salón, en lugar de en un extremo de la casa, o ampliarlo para que quepan al menos dos personas.
"Se trata de un paso más en el compromiso del Gobierno vasco con la vivienda como un derecho real de todos los ciudadanos y como la base para ahondar en la igualdad", ha declarado a El País el viceconsejero de Vivienda, Pedro Jauregui. El decreto también evitará en Euskadi los pisos colmena, y obligará a una dimensión mínima de 35 metros cuadrados para que una vivienda sea habitable. El esfuerzo inversor 2018-2020 en Euskadi en materia de vivienda de alquiler es de 1.119 millones, 48 millones más de los que el Estado dedicará en esos tres años en su plan para toda España (1.071 millones).
El decreto, que el departamento del socialista Iñaki Arriola quiere tener aprobado para la segunda mitad del próximo año, "no es una injerencia en la vida de nadie", entiende Jauregui, sino que busca que las condiciones de seguridad en el interior de las edificaciones favorezcan a las mujeres, y que los espacios en el interior de cada piso interactúen para facilitar que las tareas que tradicionalmente se asignaban a hombres y mujeres puedan compartirse. "Buscamos que las zonas comunes sean más seguras en el portal, y que en el interior de las viviendas sean, de verdad, comunes por compartidas", ha dicho.
En colaboración con la experta internacional en materia de género en el urbanismo, y profesora de Urbanismo en la Politécnica de Madrid, Inés Sánchez de Madariaga, el Gobierno vasco ha elaborado la nueva normativa —ya la tiene en fase de exposición pública— con las condiciones mínimas que regirán en las viviendas nuevas y en las operaciones de rehabilitación, y que se convertirá, una vez aprobada, en el nuevo estándar de habitabilidad y accesibilidad en Euskadi.
El borrador del decreto distingue entre lo que es el edificio y lo que es la vivienda. En el edificio describe los elementos comunes, que ahora se analizan con perspectiva de género, para mejorar la seguridad. Se obligará desde el proyecto a evitar zonas oscuras en los portales o rellanos en los que pueda esconderse un potencial agresor, se limitarán las esquinas con un determinado ángulo para evitar zonas ciegas, y se darán pautas para iluminar adecuadamente esas zonas, o poner espejos y suplementos de luz si hay dificultades técnicas para cumplir las normas.
"Espacios de verdad comunes"
Pero también se mete en las viviendas. "Hay acciones que son casi de efecto psicológico", describe Jáuregui, en referencia a la posición de la cocina. "Podemos hacer que la cocina se convierta en un espacio común, pero común de verdad, que la cocina se convierta en un espacio de la unidad convivencial, no solo de la mujer". ¿Cómo? Promoviendo que las cocinas, que hasta ahora están en una esquina, estén más integradas en el salón. "Si la cocina está en una esquina de la casa y el salón en la otra, las personas están aisladas. Proponemos que esas dos piezas estén contiguas, que tengan dimensión suficiente como para albergar a dos personas y que además esos dos espacios comunes ocupen la centralidad de la casa", explica. "No es una injerencia en la vida de nadie", responde Jáuregui, "lo que buscamos es que ambos espacios se comuniquen para facilitar que las tareas dejen de ser estancas de cada sexo, y que la propia estructura de la vivienda favorezca que se puedan compartir".
El vasco es el primer Gobierno que va más allá de las normas con perspectiva de igualdad y de género que ya se aplican en algunos de los planeamientos urbanísticos municipales, en busca de itinerarios más seguros y más iluminados, o incluso en el transporte público, con paradas casi a demanda para acercar a las mujeres a sus casas. "Ahora llevamos los criterios que favorecen la igualdad de género a todo el articulado de las nuevas normas de la construcción", explica Jáuregui.
Hay otro criterio que van a aprovechar para actualizar, el de la accesibilidad universal. La norma actual dice que las nuevas obras deberán facilitar la accesibilidad hasta la entrada de la vivienda. Nosotros nos metemos dentro y lo que decimos es que con pequeñas correcciones, en el interior de los pisos, aunque no se garantice la accesibilidad porque la normativa es muy exigente en medidas de puertas o radios de giro, "sí podemos hacer que con pequeñas correcciones sean fácilmente adaptables en el futuro". Van a regular una serie de parámetros que faciliten que con una sencilla intervención en el futuro se pueda atender a personas con diversidad funcional. "Si eso lo hacemos con carácter preventivo, desde el diseño, estamos avanzado y adelantándonos a una realidad que, en una sociedad cada vez más envejecida como la nuestra, va a ser más habitual", ha explicado Jáuregui.
"Se trata de un paso más en el compromiso del Gobierno vasco con la vivienda como un derecho real de todos los ciudadanos y como la base para ahondar en la igualdad", ha declarado a El País el viceconsejero de Vivienda, Pedro Jauregui. El decreto también evitará en Euskadi los pisos colmena, y obligará a una dimensión mínima de 35 metros cuadrados para que una vivienda sea habitable. El esfuerzo inversor 2018-2020 en Euskadi en materia de vivienda de alquiler es de 1.119 millones, 48 millones más de los que el Estado dedicará en esos tres años en su plan para toda España (1.071 millones).
El decreto, que el departamento del socialista Iñaki Arriola quiere tener aprobado para la segunda mitad del próximo año, "no es una injerencia en la vida de nadie", entiende Jauregui, sino que busca que las condiciones de seguridad en el interior de las edificaciones favorezcan a las mujeres, y que los espacios en el interior de cada piso interactúen para facilitar que las tareas que tradicionalmente se asignaban a hombres y mujeres puedan compartirse. "Buscamos que las zonas comunes sean más seguras en el portal, y que en el interior de las viviendas sean, de verdad, comunes por compartidas", ha dicho.
En colaboración con la experta internacional en materia de género en el urbanismo, y profesora de Urbanismo en la Politécnica de Madrid, Inés Sánchez de Madariaga, el Gobierno vasco ha elaborado la nueva normativa —ya la tiene en fase de exposición pública— con las condiciones mínimas que regirán en las viviendas nuevas y en las operaciones de rehabilitación, y que se convertirá, una vez aprobada, en el nuevo estándar de habitabilidad y accesibilidad en Euskadi.
El borrador del decreto distingue entre lo que es el edificio y lo que es la vivienda. En el edificio describe los elementos comunes, que ahora se analizan con perspectiva de género, para mejorar la seguridad. Se obligará desde el proyecto a evitar zonas oscuras en los portales o rellanos en los que pueda esconderse un potencial agresor, se limitarán las esquinas con un determinado ángulo para evitar zonas ciegas, y se darán pautas para iluminar adecuadamente esas zonas, o poner espejos y suplementos de luz si hay dificultades técnicas para cumplir las normas.
"Espacios de verdad comunes"
Pero también se mete en las viviendas. "Hay acciones que son casi de efecto psicológico", describe Jáuregui, en referencia a la posición de la cocina. "Podemos hacer que la cocina se convierta en un espacio común, pero común de verdad, que la cocina se convierta en un espacio de la unidad convivencial, no solo de la mujer". ¿Cómo? Promoviendo que las cocinas, que hasta ahora están en una esquina, estén más integradas en el salón. "Si la cocina está en una esquina de la casa y el salón en la otra, las personas están aisladas. Proponemos que esas dos piezas estén contiguas, que tengan dimensión suficiente como para albergar a dos personas y que además esos dos espacios comunes ocupen la centralidad de la casa", explica. "No es una injerencia en la vida de nadie", responde Jáuregui, "lo que buscamos es que ambos espacios se comuniquen para facilitar que las tareas dejen de ser estancas de cada sexo, y que la propia estructura de la vivienda favorezca que se puedan compartir".
El vasco es el primer Gobierno que va más allá de las normas con perspectiva de igualdad y de género que ya se aplican en algunos de los planeamientos urbanísticos municipales, en busca de itinerarios más seguros y más iluminados, o incluso en el transporte público, con paradas casi a demanda para acercar a las mujeres a sus casas. "Ahora llevamos los criterios que favorecen la igualdad de género a todo el articulado de las nuevas normas de la construcción", explica Jáuregui.
Hay otro criterio que van a aprovechar para actualizar, el de la accesibilidad universal. La norma actual dice que las nuevas obras deberán facilitar la accesibilidad hasta la entrada de la vivienda. Nosotros nos metemos dentro y lo que decimos es que con pequeñas correcciones, en el interior de los pisos, aunque no se garantice la accesibilidad porque la normativa es muy exigente en medidas de puertas o radios de giro, "sí podemos hacer que con pequeñas correcciones sean fácilmente adaptables en el futuro". Van a regular una serie de parámetros que faciliten que con una sencilla intervención en el futuro se pueda atender a personas con diversidad funcional. "Si eso lo hacemos con carácter preventivo, desde el diseño, estamos avanzado y adelantándonos a una realidad que, en una sociedad cada vez más envejecida como la nuestra, va a ser más habitual", ha explicado Jáuregui.
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