Imagen: El Mundo / Mohamed Wisam Sankari |
El cuerpo de un joven desaparecido desde el 23 de julio ha sido encontrado "salvajemente cortado" y con el "cuerpo irreconocible".
Lluís Miquel Hurtado | El Mundo, 2016-08-03
http://www.elmundo.es/internacional/2016/08/03/57a22b36e2704eef768b45c6.html
Mohamed Wisam Sankari, un joven procedente de Siria que trataba de huir de Turquía, murió la semana pasada tras ser secuestrado en la puerta de su casa, informan varios medios turcos. Su cadáver apareció decapitado y con el cuerpo con signos de brutal violencia en un descampado del mismo centro de Estambul. El suceso retrae la peligrosa situación, que ya relató El Mundo, en que viven los refugiados sirios LGBT, maltratados y ninguneados por las ONG dentro y fuera de su país.
Según cuentan sus allegados, el chico desapareció el viernes 23 de julio pasado nada más salir de su domicilio del barrio céntrico de Aksaray, domicilio de abundantes sirios. "Wisam salió a fuera por la noche. Realmente ya estábamos nerviosos por las amenazas que habíamos recibido del entorno", relata Görken, un amigo, al medio digital pro LGBT Kaos GL. "Le dijimos que no saliera, pero nos respondió que sólo estaría fuera 15 ó 20 minutos".
Pero Wisam no volvió. "No vino en toda la noche. Fue al día siguiente cuando entramos en pánico al ver que no podíamos contactar con él. Fuimos a la Asociación de Solidaridad con refugiados y migrantes (SGDD-ASAM) -a la que ACNUR delega el registro de peticiones de asilo-. Ellos nos redirigieron al cuartel de policía de Fatih. Pero, ¿cómo íbamos a ir?, ¿qué les íbamos a decir?, ¿qué íbamos a saber?", lamenta Görken, reproduciendo la tradicional desconfianza de los refugiados hacia los agentes turcos.
Desorientados y desatendidos, los chicos aguardaron. "El [siguiente] domingo por la noche la policía nos llamó. Fui con Rayan - compañero de piso de Wisam - a Yenikapi". Encontraron el cuerpo. "Estaba salvajemente cortado. Con tanta violencia que habían empleado dos cuchillos. Lo habían decapitado. El resto del cuerpo estaba irreconocible, le brotaban varios órganos internos. Pudimos identificarlo por los pantalones que llevaba".
Este brutal crimen ha sacudido a la perseguida comunidad LGBT turca, privada desde el año pasado por el gobierno islamista del AKP de celebrar el Orgullo Gay y, en demasiadas ocasiones, víctima de crímenes de odio. El caso de Wisam Sankari, denuncian en su círculo, era la crónica de una muerte anunciada. "Últimamente se sentía inseguro, hablaba poco", recuerda Rayan, quien dice que el mismo Sankari le había reconocido haber recibido amenazas en Aksaray de un grupo de hombres armados.
Además, hace cinco meses, el chico asesinado la semana pasada sufrió otro secuestro violento. Un grupo de hombres lo capturaron en el cercano barrio de Fatih y lo introdujeron en un coche. De allí se lo llevaron a un arbolado, donde Sankari fue golpeado y violado. "Podrían haberlo matado, pero Wisam se tiró a una carretera y es así como salvó su vida. Fuimos a denunciar lo ocurrido a la policía, pero no hicieron nada".
Rayan y Wisam, según explica Kaos GL, ya habían tenido que mudarse en el pasado por problemas con los vecinos. "Nos miraban mal. ¿Qué habíamos hecho?", llora, y critica duramente a ASAM y a ACNUR, quienes "solamente hablan y hablan" y "no les interesamos nada". Rayan declara que fue brevemente retenido dos veces, y que al acudir a ACNUR a identificarse "ni me respondieron". "Tengo mucho miedo. Siento que por la calle me mira todo el mundo", cuenta.
El relato de Wisam y sus amigos se asemeja al calvario que han sufrido, también en Turquía, un refugiado sirio y otro sirio de origen palestino, identificados por este periódico como Jalid y Firas. A finales de 2015, ambos fueron secuestrados en el centro de Estambul y llevados a un descampado a las afueras de la ciudad "por un grupo de hombres que hablaban turco", describieron. Allí fueron golpeados, amenazados con una pistola y un cuchillo y robados. Así se quedaron sin pasaporte, lo que hoy resulta un quebradero de cabeza para resolver su futuro fuera de Turquía.
DOCUMENTACIÓN
Encontrado un refugiado sirio homosexual decapitado en Estambul.
Una ONG denuncia que identificaron al fallecido por los pantalones.
EFE | El País, 2016-08-04
Según cuentan sus allegados, el chico desapareció el viernes 23 de julio pasado nada más salir de su domicilio del barrio céntrico de Aksaray, domicilio de abundantes sirios. "Wisam salió a fuera por la noche. Realmente ya estábamos nerviosos por las amenazas que habíamos recibido del entorno", relata Görken, un amigo, al medio digital pro LGBT Kaos GL. "Le dijimos que no saliera, pero nos respondió que sólo estaría fuera 15 ó 20 minutos".
Pero Wisam no volvió. "No vino en toda la noche. Fue al día siguiente cuando entramos en pánico al ver que no podíamos contactar con él. Fuimos a la Asociación de Solidaridad con refugiados y migrantes (SGDD-ASAM) -a la que ACNUR delega el registro de peticiones de asilo-. Ellos nos redirigieron al cuartel de policía de Fatih. Pero, ¿cómo íbamos a ir?, ¿qué les íbamos a decir?, ¿qué íbamos a saber?", lamenta Görken, reproduciendo la tradicional desconfianza de los refugiados hacia los agentes turcos.
Desorientados y desatendidos, los chicos aguardaron. "El [siguiente] domingo por la noche la policía nos llamó. Fui con Rayan - compañero de piso de Wisam - a Yenikapi". Encontraron el cuerpo. "Estaba salvajemente cortado. Con tanta violencia que habían empleado dos cuchillos. Lo habían decapitado. El resto del cuerpo estaba irreconocible, le brotaban varios órganos internos. Pudimos identificarlo por los pantalones que llevaba".
Este brutal crimen ha sacudido a la perseguida comunidad LGBT turca, privada desde el año pasado por el gobierno islamista del AKP de celebrar el Orgullo Gay y, en demasiadas ocasiones, víctima de crímenes de odio. El caso de Wisam Sankari, denuncian en su círculo, era la crónica de una muerte anunciada. "Últimamente se sentía inseguro, hablaba poco", recuerda Rayan, quien dice que el mismo Sankari le había reconocido haber recibido amenazas en Aksaray de un grupo de hombres armados.
Además, hace cinco meses, el chico asesinado la semana pasada sufrió otro secuestro violento. Un grupo de hombres lo capturaron en el cercano barrio de Fatih y lo introdujeron en un coche. De allí se lo llevaron a un arbolado, donde Sankari fue golpeado y violado. "Podrían haberlo matado, pero Wisam se tiró a una carretera y es así como salvó su vida. Fuimos a denunciar lo ocurrido a la policía, pero no hicieron nada".
Rayan y Wisam, según explica Kaos GL, ya habían tenido que mudarse en el pasado por problemas con los vecinos. "Nos miraban mal. ¿Qué habíamos hecho?", llora, y critica duramente a ASAM y a ACNUR, quienes "solamente hablan y hablan" y "no les interesamos nada". Rayan declara que fue brevemente retenido dos veces, y que al acudir a ACNUR a identificarse "ni me respondieron". "Tengo mucho miedo. Siento que por la calle me mira todo el mundo", cuenta.
El relato de Wisam y sus amigos se asemeja al calvario que han sufrido, también en Turquía, un refugiado sirio y otro sirio de origen palestino, identificados por este periódico como Jalid y Firas. A finales de 2015, ambos fueron secuestrados en el centro de Estambul y llevados a un descampado a las afueras de la ciudad "por un grupo de hombres que hablaban turco", describieron. Allí fueron golpeados, amenazados con una pistola y un cuchillo y robados. Así se quedaron sin pasaporte, lo que hoy resulta un quebradero de cabeza para resolver su futuro fuera de Turquía.
DOCUMENTACIÓN
Encontrado un refugiado sirio homosexual decapitado en Estambul.
Una ONG denuncia que identificaron al fallecido por los pantalones.
EFE | El País, 2016-08-04
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