Imagen: El Mundo / Elvira Roca |
Se ha empeñado en despojar de sombras a la Historia de España. La autora de 'Imperiofobia' publica ahora 'Fracasología', premio Espasa 2019, y cuestiona sin ambages el Estado autonómico.
Josean Izarra | El Mundo, 2019-10-20
https://www.elmundo.es/pais-vasco/2019/10/20/5dac2b13fdddff4c8e8b45df.html
P. Tras haber analizado en 'Fracasología' el papel de las élites en la historia de España, ¿la sentencia del Supremo sobre los responsables del 'procés' catalán aumentará la leyenda negra de España?
R. Lo que más me inquieta es hasta qué punto esa sentencia se ha hecho en función de lo que vayan a pensar de nosotros fuera de nuestro país. Creo que debieran haber estado más pendientes de los intereses nacionales que de la opinión ajena.
P. ¿Usted cree que hubo rebelión y no secesión por la que han sido condenados por parte de los líderes independentistas catalanes?
R. Hay otras cosas en la sentencia que son más delicadas como el no haber establecido -probablemente porque no se logró la unanimidad- un mínimo de cumplimiento de las penas a partir del cual se lleven a cabo las reducciones o beneficios. Me temo que en un año muchos de los que protagonizaron el golpe de Estado en Cataluña estén en su casa tranquilamente.
P. ¿El Supremo ha abierto la puerta a una próxima liberación al obviar la petición de la Fiscalía para que al menos la mitad de cada sentencia fuera cumplida?
R. El no haber aceptado esa condición deja abierta todas las puertas para su puesta en libertad.
P. ¿Hay argumentos históricos para reclamar como hacen los independentistas catalanes un Estado propio ajeno a España?
R. No existen argumentos históricos que justifiquen la destrucción de la soberanía nacional. Esta es una confusión gigantesca con la que estos constructores de realidades alternativas han arrastrado a muchísima gente y ha cobrado carta de naturaleza entre nosotros como tautologías inabarcables como los derechos históricos. No existen los derechos históricos, existen los derechos individuales.
P. ¿Los derechos históricos suponen un privilegio para Euskadi?
R. Si. Por supuesto que sí
P. ¿Por qué?
R. Si usted plantea una situación de desigualdad desde el principio es evidente que va a ir socavando, por definición, la convivencia entre las diferentes regiones. Todas querrán alcanzar el privilegio concedido. Se preguntarán el «yo por qué no» e intentarán dar un paso más. Es lo que ha ido convirtiendo el Estado de las Autonomías en algo inviable y se tardará más o menos tiempo en achicharrar la situación hasta volver a reiniciar esto con valentía, coraje y altura de miras. Todos sabemos que esto [por el Estado de las Autonomías] no da más de sí.
P. ¿Ha fracasado ese modelo institucional? ¿Por qué?
R. Sí porque comenzó desde un modelo asimétrico. Una Constitución que se aprueba con una Disposición Adicional Primera que ya reconoce de arranque una desigualdad entre territorios fue sembrar vientos para recoger tempestades. No establece un cierre competencial que determine qué le corresponde al Estado y a los gobiernos autónomos. Esto es un problema transversal que no se ha resuelto porque ha faltado visión de Estado y valor. Hasta llegar a esta situación de la que nadie es irresponsable.
P. Pero una reforma de la Constitución se suprimiera la Disposición Adicional Primera puede provocar que Euskadi siga los pasos de la Cataluña independentista...
R. Todos los españoles tienen derecho a opinar si quieren vivir en un Estado desigual. Yo soy andaluza y no quiero vivir en un Estado desigual. Me parece indigno. Con mi complicidad o mi silencio, mis hijos no serán ciudadanos de segunda en España.
P. ¿Era imprescindible desenterrar a Franco para cerrar las heridas de la Guerra Civil?
R. La Transición ya tuvo su tiempo y en ella se hicieron una serie de pactos. El problema no es desenterrar a Franco o no sino cómo se ha hecho. La sensación de que hay un revanchismo y de si era o no necesario. Rodríguez Zapatero rompió los pactos de la Transición. Ahora hay que hacer un nuevo pacto de Estado que le dé estabilidad a este país para los próximos años. Con otra crisis económica acechando se va a constatar esa debilidad institucional y lo vamos a pagar los ciudadanos.
P. ¿Vivimos estos días la mayor crisis institucional de España?
R. No. Tuvimos seis años a finales del XIX tremendos. Se echó a un rey, se proclamó una república, vino otro rey, renunció, se declaró el cantonalismo. Hubo seis años en los que cada mañana se levantaban con una situación política diferente. En la historia de España ha habido grandes conflictos políticos pero en otros países también y hoy Europa sufre un peligroso proceso de 'balcanización'. El Reino Unido, por ejemplo, está al borde de la desmembración. La balcanización está afectando a Italia y es una amenaza para Francia. Esto no es un fenómeno sólo español pero hay un silencio absoluto de la intelectualidad europea sobre un fenómeno que asola a Europa.
R. Lo que más me inquieta es hasta qué punto esa sentencia se ha hecho en función de lo que vayan a pensar de nosotros fuera de nuestro país. Creo que debieran haber estado más pendientes de los intereses nacionales que de la opinión ajena.
P. ¿Usted cree que hubo rebelión y no secesión por la que han sido condenados por parte de los líderes independentistas catalanes?
R. Hay otras cosas en la sentencia que son más delicadas como el no haber establecido -probablemente porque no se logró la unanimidad- un mínimo de cumplimiento de las penas a partir del cual se lleven a cabo las reducciones o beneficios. Me temo que en un año muchos de los que protagonizaron el golpe de Estado en Cataluña estén en su casa tranquilamente.
P. ¿El Supremo ha abierto la puerta a una próxima liberación al obviar la petición de la Fiscalía para que al menos la mitad de cada sentencia fuera cumplida?
R. El no haber aceptado esa condición deja abierta todas las puertas para su puesta en libertad.
P. ¿Hay argumentos históricos para reclamar como hacen los independentistas catalanes un Estado propio ajeno a España?
R. No existen argumentos históricos que justifiquen la destrucción de la soberanía nacional. Esta es una confusión gigantesca con la que estos constructores de realidades alternativas han arrastrado a muchísima gente y ha cobrado carta de naturaleza entre nosotros como tautologías inabarcables como los derechos históricos. No existen los derechos históricos, existen los derechos individuales.
P. ¿Los derechos históricos suponen un privilegio para Euskadi?
R. Si. Por supuesto que sí
P. ¿Por qué?
R. Si usted plantea una situación de desigualdad desde el principio es evidente que va a ir socavando, por definición, la convivencia entre las diferentes regiones. Todas querrán alcanzar el privilegio concedido. Se preguntarán el «yo por qué no» e intentarán dar un paso más. Es lo que ha ido convirtiendo el Estado de las Autonomías en algo inviable y se tardará más o menos tiempo en achicharrar la situación hasta volver a reiniciar esto con valentía, coraje y altura de miras. Todos sabemos que esto [por el Estado de las Autonomías] no da más de sí.
P. ¿Ha fracasado ese modelo institucional? ¿Por qué?
R. Sí porque comenzó desde un modelo asimétrico. Una Constitución que se aprueba con una Disposición Adicional Primera que ya reconoce de arranque una desigualdad entre territorios fue sembrar vientos para recoger tempestades. No establece un cierre competencial que determine qué le corresponde al Estado y a los gobiernos autónomos. Esto es un problema transversal que no se ha resuelto porque ha faltado visión de Estado y valor. Hasta llegar a esta situación de la que nadie es irresponsable.
P. Pero una reforma de la Constitución se suprimiera la Disposición Adicional Primera puede provocar que Euskadi siga los pasos de la Cataluña independentista...
R. Todos los españoles tienen derecho a opinar si quieren vivir en un Estado desigual. Yo soy andaluza y no quiero vivir en un Estado desigual. Me parece indigno. Con mi complicidad o mi silencio, mis hijos no serán ciudadanos de segunda en España.
P. ¿Era imprescindible desenterrar a Franco para cerrar las heridas de la Guerra Civil?
R. La Transición ya tuvo su tiempo y en ella se hicieron una serie de pactos. El problema no es desenterrar a Franco o no sino cómo se ha hecho. La sensación de que hay un revanchismo y de si era o no necesario. Rodríguez Zapatero rompió los pactos de la Transición. Ahora hay que hacer un nuevo pacto de Estado que le dé estabilidad a este país para los próximos años. Con otra crisis económica acechando se va a constatar esa debilidad institucional y lo vamos a pagar los ciudadanos.
P. ¿Vivimos estos días la mayor crisis institucional de España?
R. No. Tuvimos seis años a finales del XIX tremendos. Se echó a un rey, se proclamó una república, vino otro rey, renunció, se declaró el cantonalismo. Hubo seis años en los que cada mañana se levantaban con una situación política diferente. En la historia de España ha habido grandes conflictos políticos pero en otros países también y hoy Europa sufre un peligroso proceso de 'balcanización'. El Reino Unido, por ejemplo, está al borde de la desmembración. La balcanización está afectando a Italia y es una amenaza para Francia. Esto no es un fenómeno sólo español pero hay un silencio absoluto de la intelectualidad europea sobre un fenómeno que asola a Europa.
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