Imagen: El Confidencial / Barcelona |
Un pequeño manojo de fotos y algún vídeo han provocado la indignación en media España por el supuesto mal comportamiento general de padres e hijos. Pero no todo es lo que parece.
M. Mcloughlin / Guillermo Cid | El Confidencial, 2020-04-27
https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2020-04-27/fotos-ninos-padres-perspectiva-confusion-salidas_2567803/
Este domingo, las redes sociales estallaban de nuevo. Con la llegada del día en que los niños podían volver a salir a la calle, era más que sabido que todo el mundo estaría atento para ver cómo se comportaban vecinos y conciudadanos en un primer paso hacia el desconfinamiento por el coronavirus. Pero lejos de alegrar a todos, la situación giró hacia la indignación por una supuesta falta de 'responsabilidad' paterna. Una decena de fotos y vídeos en que se veían aparentes aglomeraciones y falta de respeto por las normas establecidas corrieron como la pólvora aumentando el descontento general. Pero ¿muestran esas fotos verdaderas aglomeraciones? Lo cierto es que algunas sacan ciertos errores de los progenitores, pero también las hay muy confusas.
Aunque, como ya se señaló en El Confidencial, ha habido incumplimientos claros en buena parte de España, hay que tener mucho cuidado con las fotografías y vídeos que se han hecho virales. ¿Por qué? Primero, porque la perspectiva puede jugarnos una mala pasada y hacernos creer que hay aglomeraciones donde en realidad se está respetando una aceptable distancia de seguridad siguiendo las recomendaciones de las autoridades. Segundo, porque podemos caer en errores, como creer que está prohibido sentarse o que hay fallos simplemente por encontrar mucha gente en un mismo espacio.
Las imágenes fueron compartidas durante el día de ayer indistintamente por gente anónima, personas con un gran alcance en redes sociales y algunos medios. Algunas de estos archivos pueden ofrecer una confusa lectura de la situación si no se atiende a los criterios técnicos.
El juego de la perspectiva
Escribió Ramón de Campoamor eso de que todo depende "del color del cristal" con el que se mira algo. Con algunas de las imágenes de este domingo, bien se podría parafrasear al poeta de Navia y decir que nuestro cabreo final depende "del punto donde hayamos puesto la cámara" para tomar las fotografías que ayer volaron por WhatsApp y redes sociales despertando la ira de mucho. Y es que la perspectiva, que determina la dimensión de los objetos y la relación espacial entre ellos, puede agravar, y mucho, la sensación de 'apelotonamiento', de que la gente no cumple con la recomendación de distancia social a la hora de pasear a los pequeños de la casa. Lo de dos adultos o más cuidando de un mismo zagal va un poco más abajo.
"La perspectiva juega un papel fundamental en las fotografías que se hicieron virales ayer de la salida de los niños a la calle", explica el fotógrafo y divulgador Rodrigo Rivas respecto de la polémica de las últimas horas. "Si nos colocamos frente a las personas en un lugar de posiciones altas, es importante destacar que la distancia entre todas las personas que tengan el mismo tamaño y estén en la misma línea de visión puede generarnos cierto engaño visual con la distancia que hay realmente entre ellos", remata.
Es decir, si tomamos una imagen a pie de calle para fotografiar a personas que están unas detrás de otras en lugar de desde un balcón, perdemos referencias visuales que nos pueden llevar a equívoco. Rivas recuerda que se trata de imágenes en dos dimensiones (anchura y altura), y al no poder medir la profundidad debemos pararnos "a observar otros aspectos" que nos permitan descifrar esa distancia entre los elementos. "Todo es producto de un engaño visual producido por la representación en dos dimensiones de una realidad de tres dimensiones".
Esto explicaría la polémica en torno a algunas de las imágenes tan compartidas ayer, como la de gente sentada en los bancos de la Barceloneta. Dependiendo de la altura a que se coloque la cámara, así como del ángulo de la misma, tendremos dos visiones de una misma situación: podemos ver a gente sentada en los bancos sin apenas espacio o se puede observar la distancia suficiente entre unas personas y otras. Lo mismo ocurre con las fotografías tomadas desde la zona del Kursaal en San Sebastián, donde tenemos la impresión de que hay personas prácticamente pegadas cuando, comprobando en Google Maps, se puede ver que esa acera mide 12 metros de ancho.
Otra de las cosas que pueden ayudar a generar esa sensación es la profundidad de campo, que no es otra cosa que la distancia por delante y por detrás del objeto, persona o zona de la fotografía enfocada que aparece con nitidez, representado en las cámaras con el número f. Cuanto más bajo es, más pequeña será el área enfocada, y cuanto más alto, mayor.
De esta manera, disparando a una persona que está a 10 metros con un objetivo de 70mm a f/22 (uno de los valores más altos que suelen ofrecer las cámaras), nos encontramos con que se enfoca prácticamente toda la escena. Si lo hacemos con un valor intermedio (como f/8), enfocará varios metros por detrás. Sin embargo, si lo hacemos a f/2.8, nos encontraremos con una imagen que solo enfoca un área muy pequeña, perdiendo parte de esas referencias que nos ayudarían a descifrar la distancia.
Aunque en este caso el consenso general es que estas fotos se han tomado con un teleobjetivo, Rivas dice que el efecto no es achacable exclusivamente al uso de ese accesorio, ya que "no hacen que la perspectiva cambie con respecto a otras focales, aunque sí pueda distorsionarse".
¿Cuál es la distorsión de los teleobjetivos? "Su uso hace que cerremos más el encuadre, lo que, unido también al lugar donde se colocan las personas (unas detrás de otras) y a su construcción, hace que parezcan estar más juntas de lo que pueden llegar a estar", explica. "Este error que creíamos apreciar ayer se denomina 'distorsión de perspectiva'. Es un simple engaño de nuestro cerebro y por la distorsión de la óptica".
Este fotógrafo explica que estos engaños visuales también se pueden realizar con un móvil. "La diferencia es que los móviles tienen como cámaras principales objetivos angulares y sería más difícil esa distorsión", cuenta el divulgador. "Pero es posible. Simplemente con acercarse a las personas u objetos y fotografiar a una distancia más corta, podemos conseguir un encuadre más cerrado de las personas".
Que haya gente no significa un fallo
Ya hemos explicado el caso de algunas imágenes, pero esta confusión no se queda solo en la perspectiva. Tras la indignación general, también hubo casos en los que se denunció que había demasiada gente en una zona o incluso que había gente sentada o tomando el sol. Pero lo cierto es que la normativa lanzada por el Ejecutivo no limita nada de esto, al menos de momento. Se pide que se eviten, en la medida de lo posible, las aglomeraciones, pero si no existe esa posibilidad, se puede estar respetando la distancia de seguridad, que en estos momentos varía entre el metro y los dos metros, dependiendo de la situación en que nos encontremos.
Eso se puede ver en vídeos que se compartieron ayer, como este de la plaza junto al Palacio de los Deportes de Madrid, o en una playa de Gran Canaria. Hay gente, pero se respeta, en la mayoría de los casos, una buena distancia.
Como recordaba esta misma mañana en Catalunya Ràdio el jefe de Epidemiología del Hospital Clínic y miembro del Consejo Científico que asesora al Ejecutivo de Pedro Sánchez, Antoni Trilla, lo más importante es la distancia de seguridad entre familias. "Esto es prueba y error. Si la calle está llena pero todos estamos a dos metros, no es lo mismo que juntarse", apuntaba mientras, eso sí, pedía que la salida de los niños "se ordene un poco" en los próximos días.
Claro que las negligencias existen
Las declaraciones de Trilla dan una idea de que obviamente hay errores, y también se ven en fotos y vídeos. Seguramente hayas visto el caso de los niños jugando al fútbol en Valencia, la familia que muestra a un bebé a otra familia o diferentes casos en los que los dos progenitores van con los niños. Esto contraviene la normativa y varios ayuntamientos, como el de Valencia, ya han dicho que reforzarán la vigilancia y seguirán muy atentos a la evolución de la situación para evitar desmanes. Incluso en este periódico se destacaron ciertos fallos que se produjeron ayer en Madrid.
Trilla ha sido muy tajante en su aviso y en lo que puede pasar si no se respetan de forma masiva las restricciones provocando un repunte en los casos. "Si hay mucho lío, se deberá intentar organizar mejor. Y si hay tanto lío que las cosas no van bien, paso atrás y volvemos a la situación que toca". Reparte la responsabilidad entre autoridades y ciudadanos, y pide tanto que se apele a la responsabilidad individual como que se ayude al distanciamiento por parte de los gobernantes con más presencia policial y el cierre de espacios que puedan atraer masificaciones, como espacios verdes.
Por su parte, Fernando Simón también se ha pronunciado este lunes sobre la situación en su rueda de prensa diaria y, aunque no ha profundizado mucho en el asunto, ha dejado claro que "es cierto que en algunos casos se pudo generar alguna preocupación por ciertos comportamientos de algunos grupos; lo difícil lo vamos a hacer ahora".
Por último, Simón ha recordado que hemos tenido un sistema sanitario muy cerca del colapso, incluso en algunos sitios se ha llegado a ese colapso. "Tenemos que ser conscientes de que no podemos volver a ponernos en una situación parecida y que esto ahora depende de todos".
Aunque, como ya se señaló en El Confidencial, ha habido incumplimientos claros en buena parte de España, hay que tener mucho cuidado con las fotografías y vídeos que se han hecho virales. ¿Por qué? Primero, porque la perspectiva puede jugarnos una mala pasada y hacernos creer que hay aglomeraciones donde en realidad se está respetando una aceptable distancia de seguridad siguiendo las recomendaciones de las autoridades. Segundo, porque podemos caer en errores, como creer que está prohibido sentarse o que hay fallos simplemente por encontrar mucha gente en un mismo espacio.
Las imágenes fueron compartidas durante el día de ayer indistintamente por gente anónima, personas con un gran alcance en redes sociales y algunos medios. Algunas de estos archivos pueden ofrecer una confusa lectura de la situación si no se atiende a los criterios técnicos.
El juego de la perspectiva
Escribió Ramón de Campoamor eso de que todo depende "del color del cristal" con el que se mira algo. Con algunas de las imágenes de este domingo, bien se podría parafrasear al poeta de Navia y decir que nuestro cabreo final depende "del punto donde hayamos puesto la cámara" para tomar las fotografías que ayer volaron por WhatsApp y redes sociales despertando la ira de mucho. Y es que la perspectiva, que determina la dimensión de los objetos y la relación espacial entre ellos, puede agravar, y mucho, la sensación de 'apelotonamiento', de que la gente no cumple con la recomendación de distancia social a la hora de pasear a los pequeños de la casa. Lo de dos adultos o más cuidando de un mismo zagal va un poco más abajo.
"La perspectiva juega un papel fundamental en las fotografías que se hicieron virales ayer de la salida de los niños a la calle", explica el fotógrafo y divulgador Rodrigo Rivas respecto de la polémica de las últimas horas. "Si nos colocamos frente a las personas en un lugar de posiciones altas, es importante destacar que la distancia entre todas las personas que tengan el mismo tamaño y estén en la misma línea de visión puede generarnos cierto engaño visual con la distancia que hay realmente entre ellos", remata.
Es decir, si tomamos una imagen a pie de calle para fotografiar a personas que están unas detrás de otras en lugar de desde un balcón, perdemos referencias visuales que nos pueden llevar a equívoco. Rivas recuerda que se trata de imágenes en dos dimensiones (anchura y altura), y al no poder medir la profundidad debemos pararnos "a observar otros aspectos" que nos permitan descifrar esa distancia entre los elementos. "Todo es producto de un engaño visual producido por la representación en dos dimensiones de una realidad de tres dimensiones".
Esto explicaría la polémica en torno a algunas de las imágenes tan compartidas ayer, como la de gente sentada en los bancos de la Barceloneta. Dependiendo de la altura a que se coloque la cámara, así como del ángulo de la misma, tendremos dos visiones de una misma situación: podemos ver a gente sentada en los bancos sin apenas espacio o se puede observar la distancia suficiente entre unas personas y otras. Lo mismo ocurre con las fotografías tomadas desde la zona del Kursaal en San Sebastián, donde tenemos la impresión de que hay personas prácticamente pegadas cuando, comprobando en Google Maps, se puede ver que esa acera mide 12 metros de ancho.
Otra de las cosas que pueden ayudar a generar esa sensación es la profundidad de campo, que no es otra cosa que la distancia por delante y por detrás del objeto, persona o zona de la fotografía enfocada que aparece con nitidez, representado en las cámaras con el número f. Cuanto más bajo es, más pequeña será el área enfocada, y cuanto más alto, mayor.
De esta manera, disparando a una persona que está a 10 metros con un objetivo de 70mm a f/22 (uno de los valores más altos que suelen ofrecer las cámaras), nos encontramos con que se enfoca prácticamente toda la escena. Si lo hacemos con un valor intermedio (como f/8), enfocará varios metros por detrás. Sin embargo, si lo hacemos a f/2.8, nos encontraremos con una imagen que solo enfoca un área muy pequeña, perdiendo parte de esas referencias que nos ayudarían a descifrar la distancia.
Aunque en este caso el consenso general es que estas fotos se han tomado con un teleobjetivo, Rivas dice que el efecto no es achacable exclusivamente al uso de ese accesorio, ya que "no hacen que la perspectiva cambie con respecto a otras focales, aunque sí pueda distorsionarse".
¿Cuál es la distorsión de los teleobjetivos? "Su uso hace que cerremos más el encuadre, lo que, unido también al lugar donde se colocan las personas (unas detrás de otras) y a su construcción, hace que parezcan estar más juntas de lo que pueden llegar a estar", explica. "Este error que creíamos apreciar ayer se denomina 'distorsión de perspectiva'. Es un simple engaño de nuestro cerebro y por la distorsión de la óptica".
Este fotógrafo explica que estos engaños visuales también se pueden realizar con un móvil. "La diferencia es que los móviles tienen como cámaras principales objetivos angulares y sería más difícil esa distorsión", cuenta el divulgador. "Pero es posible. Simplemente con acercarse a las personas u objetos y fotografiar a una distancia más corta, podemos conseguir un encuadre más cerrado de las personas".
Que haya gente no significa un fallo
Ya hemos explicado el caso de algunas imágenes, pero esta confusión no se queda solo en la perspectiva. Tras la indignación general, también hubo casos en los que se denunció que había demasiada gente en una zona o incluso que había gente sentada o tomando el sol. Pero lo cierto es que la normativa lanzada por el Ejecutivo no limita nada de esto, al menos de momento. Se pide que se eviten, en la medida de lo posible, las aglomeraciones, pero si no existe esa posibilidad, se puede estar respetando la distancia de seguridad, que en estos momentos varía entre el metro y los dos metros, dependiendo de la situación en que nos encontremos.
Eso se puede ver en vídeos que se compartieron ayer, como este de la plaza junto al Palacio de los Deportes de Madrid, o en una playa de Gran Canaria. Hay gente, pero se respeta, en la mayoría de los casos, una buena distancia.
Como recordaba esta misma mañana en Catalunya Ràdio el jefe de Epidemiología del Hospital Clínic y miembro del Consejo Científico que asesora al Ejecutivo de Pedro Sánchez, Antoni Trilla, lo más importante es la distancia de seguridad entre familias. "Esto es prueba y error. Si la calle está llena pero todos estamos a dos metros, no es lo mismo que juntarse", apuntaba mientras, eso sí, pedía que la salida de los niños "se ordene un poco" en los próximos días.
Claro que las negligencias existen
Las declaraciones de Trilla dan una idea de que obviamente hay errores, y también se ven en fotos y vídeos. Seguramente hayas visto el caso de los niños jugando al fútbol en Valencia, la familia que muestra a un bebé a otra familia o diferentes casos en los que los dos progenitores van con los niños. Esto contraviene la normativa y varios ayuntamientos, como el de Valencia, ya han dicho que reforzarán la vigilancia y seguirán muy atentos a la evolución de la situación para evitar desmanes. Incluso en este periódico se destacaron ciertos fallos que se produjeron ayer en Madrid.
Trilla ha sido muy tajante en su aviso y en lo que puede pasar si no se respetan de forma masiva las restricciones provocando un repunte en los casos. "Si hay mucho lío, se deberá intentar organizar mejor. Y si hay tanto lío que las cosas no van bien, paso atrás y volvemos a la situación que toca". Reparte la responsabilidad entre autoridades y ciudadanos, y pide tanto que se apele a la responsabilidad individual como que se ayude al distanciamiento por parte de los gobernantes con más presencia policial y el cierre de espacios que puedan atraer masificaciones, como espacios verdes.
Por su parte, Fernando Simón también se ha pronunciado este lunes sobre la situación en su rueda de prensa diaria y, aunque no ha profundizado mucho en el asunto, ha dejado claro que "es cierto que en algunos casos se pudo generar alguna preocupación por ciertos comportamientos de algunos grupos; lo difícil lo vamos a hacer ahora".
Por último, Simón ha recordado que hemos tenido un sistema sanitario muy cerca del colapso, incluso en algunos sitios se ha llegado a ese colapso. "Tenemos que ser conscientes de que no podemos volver a ponernos en una situación parecida y que esto ahora depende de todos".
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