martes, 21 de abril de 2020

#hemeroteca #saludpublica #crisiseconomicas | Yolanda Jubeto: “Los vínculos con la élite económica condicionan las medidas del PSOE”

Imagen: El Salto / Yolanda Jubeto
Yolanda Jubeto: “Los vínculos con la élite económica condicionan las medidas del PSOE”.
Especialista en presupuestos con perspectiva de género, la profesora de economía Yolanda Jubeto explica las consecuencias económicas de la pandemia a personas ajenas a esta materia.
Gessamí Forner | El Salto, 2020-04-21
https://www.elsaltodiario.com/economia-feminista/yolanda-jubeto-v%C3%ADnculos-con-elite%20economica-condicionan-medidas-psoe

Profesora de economía en la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, esta especialista en presupuestos con perspectiva de género repasa las consecuencias económicas de la pandemia para personas ajenas a esta materia. No en vano, Yolanda Jubeto también ha sido profesora de economía del alumnado de Periodismo. “Si lo que necesitas es ponerle nombre a las cosas, busquémoslos”, invita para entender la crisis. “Esta pandemia pone encima de la mesa cómo el desmantelamiento sanitario público nos hace más vulnerables”, recuerda, e insiste en la necesidad de “mirar el sistema de ingresos del Estado, además del de gastos, para repensar ambas partes de la ecuación”.

En una situación donde se prevé una fuerte caída del PIB, desde el 13% que pronostica el Banco de España hasta el 20% del que alertan otras voces, ¿qué impacto tendrá en la vida de las personas?

Todo dependerá de la política pública que están generando las administraciones. En las caídas del PIB, lo que se pide a las administraciones es una política anticíclica que impulse las actividades afectadas y los ingresos de las personas, para que puedan sobrevivir, satisfacer sus necesidades básicas y retomar progresivamente la actividad productiva. En 2008, se apoyó totalmente al sistema financiero, a pesar de haber sido el responsable de la crisis.

¿Crees que la caída del PIB será temporal?
Las crisis en el capitalismo son recurrentes, porque son intrínsecas a ese sistema. La causa inmediata se va a poder superar, pero otras crisis vendrán porque estamos dejando en segundo lugar los efectos de nuestra actividad productiva en el planeta. ¿En dos años recuperaremos el PIB de antes de la pandemia? Bueno, puede ser, pero eso no solucionará la precariedad de la vida de mucha gente ni la emergencia climática.

Históricamente, España ha puesto los huevos en las cestas del mercado inmobiliario y turístico. La crisis de 2008 no ha conseguido frenar ni replantear la especulación inmobiliaria. La pandemia de 2020, que puede tener una afección de hasta el 40% del PIB de las Islas Baleares, ¿traerá una reflexión sobre esa cesta?
Eso me gustaría, pero este fin de semana leía que están aumentando significativamente las reservas en cruceros para el próximo año. Tendemos a olvidar rápido, a no ser que la crisis haya afectado a personas queridas, dejando una herida abierta. De no ser así, tendemos a retomar hábitos anteriores, los cuales nos parecen que son la normalidad que debería funcionar. Mucha gente vive el turismo como una vía para compensar estas vidas que llevamos, por lo que no sé si reflexionaremos o seguiremos evadiendo los problemas tan graves en los que estamos inmersas, sin mirar las consecuencias de nuestros actos cotidianos.

Mientras la mayoría de Estados desmantelaban sus sanidades públicas siguiendo actuaciones neoliberales, las microbiólogas y las epidemiólogas llevaban años alertando de que era cuestión de tiempo que se produjera la tormenta perfecta y que un virus saltara de un ave a un humano dejando un largo rastro de muertes. Tengo la sensación de que con la emergencia climática pasará lo mismo.

La labor pedagógica de la clase política es importantísima. En las primeras ruedas de prensa de Pedro Sánchez, cada vez que decía la palabra virus, yo la sustituía por emergencia climática. Si habláramos de la emergencia climática con la misma seriedad que del covid-19 nos estaríamos replanteando ciertas cosas como, por ejemplo, además del papel del turismo, la necesaria recolocación de la economía, la agroecología y las condiciones laborales de las personas que la trabajan, en muchos casos, personas migradas.

Más políticos pedagogos, sería maravilloso.
Desde el sector público, desde lo legitimado, la pedagogía es fundamental. Deberían establecer prioridades y generar debates pertinentes. Como valorar qué actividades debemos seguir activando y cuáles no. ¿A quién beneficia el sector de las armas?

Miles de ‘bots’, y algún que otro político de carne y hueso, gritan que esto es un estado marxista. Pero ¿cómo capearíamos la crisis si realmente lo fuera?
Las políticas de redistribución estarían en el centro y tendríamos un sector público fuerte. Lo académico y lo científico serían públicos, y las empresas claves también tendrían participación pública. La vivienda pasaría a ser un derecho y la democracia sería real y participativa. Veo el marxismo como un estado de derechos, con un control popular de las decisiones y de los principales recursos, una formación política mucho más profunda, y basada en el derecho de las mujeres y colectivos no binarios a llevar una vida libre de violencias.

La renta mínima vital tendrá un coste de 5.000 millones de euros, dinero que repercutirá rápida y positivamente en la economía: los receptores podrán pagar facturas a personas y empresas, y comprar comida a autónomos y sociedades mercantiles. ¿Qué problema tiene la derecha con el keynesianismo clásico?

Normalmente la derecha le da mucha importancia al sector privado. La Comunidad de Madrid es el paradigma: privatizar la sanidad y la educación, meter a tus amistades, dejar que los fondos buitres se hagan con edificios de protección oficial, alcanzar acuerdos con empresas como Telepizza para los niños becados en el comedor escolar. El sector privado es especulativo, se adueña de los servicios y bienes fundamentales para la sociedad. Esa privatización está socavando parte de la vida de la sociedad, sobre todo, las vidas más vulnerables y precarizadas, esas que parecen prescindibles, como nos recuerda la filósofa Judith Butler. Ese modelo solo defiende a la élite, y esa debilidad en la que quedan los recursos públicos fomenta los discursos xenófobos y la aporofobia. Y este es uno de los grandes riesgos de esta crisis: una salida racista y excluyente.

¿Cómo valoras las medidas adoptadas hasta el momento por el Gobierno?
La situación es compleja y ha heredado deficiencias previas en sanidad y educación, por lo que se trata de una tarea complicada. Aún así, las medidas me parecen lentas y tímidas. Creo que deberían trabajar a medio y largo plazo, como pensar la renta básica universal y en la definición de cuáles son los servicios públicos fundamentales, así como el nivel de precariedad que hay en ellos. Hay que reforzar mecanismos económicos que eviten la incertidumbre en las vidas de las personas más vulnerables.

El economista Nacho González también consideraba tímidas algunas de las medidas, excepto la generosa consideración al pequeño propietario, y que quizá esa timidez se debiera al miedo del Gobierno a la deuda pública y que, en época de crisis, la economía española tiene un comportamiento similar al de un país emergente.
Por ello debemos mirar al sistema fiscal: ¿Qué está pasando con las empresas que sí tienen beneficios y qué pasó con el dinero que tenían que devolver los bancos y nunca devolvieron? Si nos ponemos a mirar los gastos, debemos mirar también el sistema de ingresos. Hay que repensar ambas partes de la ecuación, y ahí hay muchas cosas que poner encima de la mesa. Pero creo que el PSOE tiene muchos vínculos con la élite económica, por lo que está muy condicionado.

¿Por qué son tan importantes los coronabonos?

Porque los estados miembros de la Unión Europea podrían hacer frente de forma solidaria al incremento de gasto público con el aval de todos los estados de la eurozona. Por ahora, solo tenemos el compromiso del banco central europeo.

Y no se aprobaron.
No.

Mientras, durante esta pandemia nos incitan a pagar las compras con tarjetas bancarias de entidades privadas.

Hay quien se beneficia de esta crisis, porque esos pagos reportan a la banca un beneficio en comisiones y en datos, ya que les ofrecen información sobre nuestro comportamiento.

¿Es viable que el Gobierno alargue los ERTE del sector turístico y hostelero durante todo 2020 para evitar que se conviertan en ERE?
Es probable que intenten por todos los medios que, para final de verano o principio de otoño, estos sectores vuelvan a funcionar para superar la situación actual de paralización de actividad.

La crisis económica de 2008 partió de la especulación inmobiliaria y el crack del mercado financiero, pero se convirtió en algo más ficticio, con el rescate de 65.725 millones de la banca. En 2020, un virus microscópico está poniendo nuestra vida del revés. Aturulla que las cosas abstractas e invisibles sean tan problemáticas, y me resultan difíciles de conceptualizar.
Si lo que necesitas es ponerle nombre a las cosas, busquémoslos. La crisis financiera es más etérea, pero has dicho que detrás de ella estaba la crisis inmobiliaria y eso significa que había una ocupación desorbitada del suelo. En la costa, por ejemplo, con grandes riesgos para el entorno natural. Cuando viene un fenómeno meteorológico potente como la Dana y se lleva por delante una de esas construcciones, parece que la naturaleza nos da un zarpazo. Estamos superando los límites de ocupación y nos hemos acostumbrado a vivir de este modo. Por su parte, esta pandemia nos deja encima de la mesa cómo el desmantelamiento del sistema sanitario público nos hace más vulnerables. La globalización ha obligado a externalizar todo para que sea más barato, porque para reproducir el capital es necesario agotar los recursos y no pensar en las generaciones futuras, prima el beneficio económico frente a las necesidades básicas. Por eso ahora es un buen momento para reflexionar.

¿Qué ves cuándo miras las ruedas de prensa?

No me gusta la forma en la que comunican. Aparecer con el ejército me parece de un estado con una imagen totalmente autoritaria. Y esa idea de mando único y de informar a las comunidades después haber tomado las decisiones, en un estado que en principio es plurinacional y tiene varios gobiernos, considero que es un desprecio a las autonomías y a la diversidad.

El movimiento feminista de Euskal Herria dijo en el inicio de la pandemia que esta no es solo una crisis sanitaria, sino una crisis de cuidados.

Hemos visto cómo los sectores de los cuidados son imprescindibles. Pero además de la importancia de un sistema público sólido, me parece clave replantarnos los horarios y las jornadas laborales sin límites. No podemos estar siempre en producción. Quizá en esta pandemia seamos más conscientes del tiempo que nos llevan los cuidados, de la necesidad de corresponsabilizarnos y de gestionarlos de otra manera. Las residencias tendrán que cambiar mucho, la crianza de las criaturas debería ser más colectiva. También producimos cuidados, y es la vida lo que hay que poner en el centro.

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