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'Tour' entre animales LGTBI en Barcelona.
Gaviotas lesbianas, leones bisexuales o cisnes gais. En el mundo animal hay más diversidad que en la filmografía de Almodóvar, aunque durante siglos se haya ignorado. Este ciclo del Museo de Ciencias Naturales le pone remedio.
Abel Cobos | On Barcelona, El Periódico, 2022-03-18
https://www.elperiodico.com/es/onbarcelona/a-la-ultima/20220318/tour-animales-lgtbi-barcelona-13395860
Que la película ‘Buscando a Nemo’ no era científicamente realista no es ninguna sorpresa. Para que lo fuera, Marlin, el padre, debería haberse convertido en mujer tras la muerte de la madre. Sí, la película eliminó unos matices trans que son muy habituales en la especie acuática, porque si la hembra de la comunidad desaparece, el macho transiciona, y uno de los peces jóvenes se convierte en el macho reproductor. Vamos, en la vida real, la historia acabaría con Nemo fecundado a Marlin, después de que este se cruzara todo el océano para encontrarlo. Sin duda, un amor transatlántico.
Pero, aunque parezca una simple anécdota, no es un caso aislado. De hecho, como mínimo, se han observado hasta 65.000 especies de animales con comportamientos ‘queer’, según cuenta Simón Perera, investigador en biomedicina y evolución humana y, junto al gestor cultural Joan Martí, comisario de Una Mirada LGTBI+ a Planeta vida, una visita guiada que revisita la biología usando la colección permanente del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona (plaza Leonardo Da Vinci, 4-5). Este domingo, a las 12.30 h, será la próxima sesión, y el domingo, 24 de abril, a la misma hora, la última del ciclo.
“Eso sí, antes de nada, toca decir que ninguno de estos animales es gay”, comenta Simón justo al empezar. Su rol no es el de ‘bully’ del instituto, hoy no sacará del armario a nadie. Ni a la decena de animales disecados que le apuntan con la mirada. “El concepto de gay, lesbiana, bisexual, etcétera es muy moderno”, y los animales “no se identifican con él”, solo los humanos. Por eso, en este 'tour' “simplemente” cuentan una realidad científica que, a pesar de estar muy censurada, existe. Y es que “la naturaleza tiene mucha más diversidad sexoafectiva de la que creemos”.
Gaviotas lesbianas, leones bisexuales, cisnes gais o hienas intersexuales. Los animales que conforman este zoo arcoíris son muchísimos, aunque sus etiquetas siempre vayan en comillas. Pero su diversidad no solo es sexual o de género, también está presente en cómo se relacionan. “Monogamia, poliamor, poligamia, familias monoparentales... todas estas se han encontrado en el mundo animal”, lista el guía. En resumen, en la naturaleza hay tanta diversidad que hasta las unidades familiares de los filmes de Almodóvar parecerían conservadoras.
Todo este conocimiento es muy nuevo. “Hace 30 años que se investiga y solo 5 que se divulga”, cuenta Simón. De hecho, la primera vez que se encontró “un animal gay” fue durante la exploración de la Antártida, el pingüino, que tiene relaciones monógamas entre hombres y adopta a crías para formar familias homoparentales. Un hallazgo que se censuró para adaptarse a la moral de la época. Incluso más tarde, a medida que se encontraron otros animales ‘queer’, se llegó a decir que “se equivocaban de género” y hasta que eran especímenes tontos. “El discurso científico muchas veces se ha adaptado al discurso social y moral en cambio de la mostrar que la realidad es tal y como es: diversa”, sentencia Simón.
Pero el proyecto Una Mirada LGTBI+ (@unamiradalgtbi, en Instagram), no solo se aplica a la ciencia, sino que es transversal y quiere visibilizar la historia ‘queer’ que ha existido en todos los campos, a pesar de que se haya censurado. Por ejemplo, han colaborado con el Museo Europeo de Arte Moderno (Barra de Ferro, 5) y el Taller Balam (Pàdua, 25), visibilizando la diversidad sexual y de género en el arte, la cultura y la historia. Y no son las únicas intervenciones, como asegura Joan, al más puro estilo Carles Porta, ya que seguirán poniendo el foco en estas realidades ocultas colaborando con más museos y entidades científicas y culturales.
Pero, aunque parezca una simple anécdota, no es un caso aislado. De hecho, como mínimo, se han observado hasta 65.000 especies de animales con comportamientos ‘queer’, según cuenta Simón Perera, investigador en biomedicina y evolución humana y, junto al gestor cultural Joan Martí, comisario de Una Mirada LGTBI+ a Planeta vida, una visita guiada que revisita la biología usando la colección permanente del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona (plaza Leonardo Da Vinci, 4-5). Este domingo, a las 12.30 h, será la próxima sesión, y el domingo, 24 de abril, a la misma hora, la última del ciclo.
“Eso sí, antes de nada, toca decir que ninguno de estos animales es gay”, comenta Simón justo al empezar. Su rol no es el de ‘bully’ del instituto, hoy no sacará del armario a nadie. Ni a la decena de animales disecados que le apuntan con la mirada. “El concepto de gay, lesbiana, bisexual, etcétera es muy moderno”, y los animales “no se identifican con él”, solo los humanos. Por eso, en este 'tour' “simplemente” cuentan una realidad científica que, a pesar de estar muy censurada, existe. Y es que “la naturaleza tiene mucha más diversidad sexoafectiva de la que creemos”.
Gaviotas lesbianas, leones bisexuales, cisnes gais o hienas intersexuales. Los animales que conforman este zoo arcoíris son muchísimos, aunque sus etiquetas siempre vayan en comillas. Pero su diversidad no solo es sexual o de género, también está presente en cómo se relacionan. “Monogamia, poliamor, poligamia, familias monoparentales... todas estas se han encontrado en el mundo animal”, lista el guía. En resumen, en la naturaleza hay tanta diversidad que hasta las unidades familiares de los filmes de Almodóvar parecerían conservadoras.
Todo este conocimiento es muy nuevo. “Hace 30 años que se investiga y solo 5 que se divulga”, cuenta Simón. De hecho, la primera vez que se encontró “un animal gay” fue durante la exploración de la Antártida, el pingüino, que tiene relaciones monógamas entre hombres y adopta a crías para formar familias homoparentales. Un hallazgo que se censuró para adaptarse a la moral de la época. Incluso más tarde, a medida que se encontraron otros animales ‘queer’, se llegó a decir que “se equivocaban de género” y hasta que eran especímenes tontos. “El discurso científico muchas veces se ha adaptado al discurso social y moral en cambio de la mostrar que la realidad es tal y como es: diversa”, sentencia Simón.
Pero el proyecto Una Mirada LGTBI+ (@unamiradalgtbi, en Instagram), no solo se aplica a la ciencia, sino que es transversal y quiere visibilizar la historia ‘queer’ que ha existido en todos los campos, a pesar de que se haya censurado. Por ejemplo, han colaborado con el Museo Europeo de Arte Moderno (Barra de Ferro, 5) y el Taller Balam (Pàdua, 25), visibilizando la diversidad sexual y de género en el arte, la cultura y la historia. Y no son las únicas intervenciones, como asegura Joan, al más puro estilo Carles Porta, ya que seguirán poniendo el foco en estas realidades ocultas colaborando con más museos y entidades científicas y culturales.
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