Imagen: El País / Manifestación por la igualdad en Túnez |
Las organizaciones de derechos humanos exigen la liberación del joven de 22 años, que asegura haber víctima de una relación sexual no consentida tras quedar con un hombre por Facebook.
Ricard González | El País, 2019-02-21
https://elpais.com/internacional/2019/02/16/mundo_global/1550319142_625330.html
La existencia del artículo 230 del Código Penal tunecino, que castiga la homosexualidad con hasta tres años de cárcel, ya es de por sí una vergüenza, pero su aplicación puede caer directamente en la infamia. No hay mejor ejemplo que el de Anas F., un joven de 22 años que presentó una denuncia por violación contra dos hombres y acabó sentenciado a ocho meses de cárcel por su condición de gay. El caso ha movilizado a las organizaciones de defensa de los homosexuales del país magrebí, así como a las de derechos humanos, que han exigido a las autoridades su puesta en libertad inmediata.
Según ha revelado Shams, uno de los colectivos gais más combativos de Túnez, Anas fijó una cita con una persona a la que había conocido a través de Facebook. Al no haber prácticamente locales de ambiente gay, es habitual que los contactos dentro de la comunidad se establezcan a través de las redes sociales. El encuentro no se desarrolló como estaba previsto, y el joven se encontró con dos hombres que lo apalearon y le robaron sus pertenencias. Hay versiones contradictorias sobre si se produjo una violación o una relación sexual consentida. Sea como fuere, Anas se armó de valor, y fue a una comisaría de Sfax a denunciar los hechos. La policía abrió un proceso contra la propia víctima y la sometió contra su voluntad a una prueba anal.
El pasado 11 de febrero, el tribunal de primera instancia de Sfax dictó una sorprendente sentencia, basada en la consideración que no se había producido una violación, sino una pelea después de una relación sexual consentida. Anas fue condenado a seis meses de cárcel por su condición de gay, y a dos meses más por una “denuncia calumniosa”. Sus agresores salieron del proceso con la misma pena de cárcel, pero desglosada de forma distinta: seis meses de cárcel por sodomía, un mes y medio por robo y 15 días por las agresiones físicas.
"El caso de Sfax es complejo, pero la policía debería haber dado prioridad a los daños causados a la víctima en lugar de a las relaciones sexuales consentidas, si lo hubieran sido. Una imputación por "sodomía" tanto a A. F. como a sus agresores dirige un mensaje espantoso a otras víctimas, pues si se sospecha su homosexualidad, la denuncia de un crimen les puede llevar a la cárcel", censuró en un comunicado la ONG Human Rights Watch.
Según la organización Shams, un total de 127 personas han sido encarceladas en Túnez en 2018 tras haber sido procesadas por su orientación sexual. Las cifras sugieren que se ha intensificado el acoso a esta comunidad durante los últimos años, pues en 2017 fueron 79, y en 2016, 56. Una comisión presidencial que elaboró un informe sobre la situación de los derechos y libertades en el país magrebí recomendó, entre otras reformas, la abolición del artículo 230. Sin embargo, habida cuenta de lo extendida que está la homofobia entre la sociedad tunecina, no parece previsible que el Parlamento tome cartas en el asunto.
“El artículo es anticonstitucional desde la promulgación de la nueva Constitución engendrada gracias a la revolución de los jazmines, la primera de las primaveras árabes. Y en todo caso, esta ley se refiere a las relaciones consentidas, no a las violaciones”, ha escrito Mounir Baatour, presidente de Shams, en un artículo reciente. La opción de que la norma sea derogada tras ser declarada inconstitucional se halla bloqueada al no contar el país todavía con un Tribunal Constitucional. Después de varios intentos fallidos debido a la falta del consenso necesario entre los partidos políticos, el Parlamento ha fijado una sesión el próximo día 26 de febrero para la elección de los magistrados de la corte suprema.
Según ha revelado Shams, uno de los colectivos gais más combativos de Túnez, Anas fijó una cita con una persona a la que había conocido a través de Facebook. Al no haber prácticamente locales de ambiente gay, es habitual que los contactos dentro de la comunidad se establezcan a través de las redes sociales. El encuentro no se desarrolló como estaba previsto, y el joven se encontró con dos hombres que lo apalearon y le robaron sus pertenencias. Hay versiones contradictorias sobre si se produjo una violación o una relación sexual consentida. Sea como fuere, Anas se armó de valor, y fue a una comisaría de Sfax a denunciar los hechos. La policía abrió un proceso contra la propia víctima y la sometió contra su voluntad a una prueba anal.
El pasado 11 de febrero, el tribunal de primera instancia de Sfax dictó una sorprendente sentencia, basada en la consideración que no se había producido una violación, sino una pelea después de una relación sexual consentida. Anas fue condenado a seis meses de cárcel por su condición de gay, y a dos meses más por una “denuncia calumniosa”. Sus agresores salieron del proceso con la misma pena de cárcel, pero desglosada de forma distinta: seis meses de cárcel por sodomía, un mes y medio por robo y 15 días por las agresiones físicas.
"El caso de Sfax es complejo, pero la policía debería haber dado prioridad a los daños causados a la víctima en lugar de a las relaciones sexuales consentidas, si lo hubieran sido. Una imputación por "sodomía" tanto a A. F. como a sus agresores dirige un mensaje espantoso a otras víctimas, pues si se sospecha su homosexualidad, la denuncia de un crimen les puede llevar a la cárcel", censuró en un comunicado la ONG Human Rights Watch.
Según la organización Shams, un total de 127 personas han sido encarceladas en Túnez en 2018 tras haber sido procesadas por su orientación sexual. Las cifras sugieren que se ha intensificado el acoso a esta comunidad durante los últimos años, pues en 2017 fueron 79, y en 2016, 56. Una comisión presidencial que elaboró un informe sobre la situación de los derechos y libertades en el país magrebí recomendó, entre otras reformas, la abolición del artículo 230. Sin embargo, habida cuenta de lo extendida que está la homofobia entre la sociedad tunecina, no parece previsible que el Parlamento tome cartas en el asunto.
“El artículo es anticonstitucional desde la promulgación de la nueva Constitución engendrada gracias a la revolución de los jazmines, la primera de las primaveras árabes. Y en todo caso, esta ley se refiere a las relaciones consentidas, no a las violaciones”, ha escrito Mounir Baatour, presidente de Shams, en un artículo reciente. La opción de que la norma sea derogada tras ser declarada inconstitucional se halla bloqueada al no contar el país todavía con un Tribunal Constitucional. Después de varios intentos fallidos debido a la falta del consenso necesario entre los partidos políticos, el Parlamento ha fijado una sesión el próximo día 26 de febrero para la elección de los magistrados de la corte suprema.
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