Imagen: RFI / Françoise Héritier con los colegas del College de France |
RFI, 2017-11-16
http://es.rfi.fr/francia/20171116-murio-francoise-heritier-pionera-de-la-teoria-sobre-la-dominacion-masculina
La antropóloga Françoise Héritier, heredera de Claude Levi-Strauss y especialista en temas relacionados con el parentesco y la familia, falleció a los 84 años de edad, el mismo día de su cumpleaños. Esta intelectual francesa estuvo en primera línea para denunciar la dominación masculina.
Una de las últimas intervenciones en el debate público de Françoise Héritier fue sobre el caso Weinstein, en el canal de televisión francés France 5.
“Es importante que las palabras de las mujeres lleguen a la plaza pública como algo normal, evidente. Lo que se inculca a los niños desde sus primeros años de vida sobre las relaciones de sexo va a perseguirlos toda la vida. Cambiar estas representaciones es una tarea colectiva de toda la vida”, dijo François Héritier.
Nacida el 15 de noviembre de 1933 en Veauche (Loire), Héritier entró a la Escuela de Altos Estudios de París en 1980 como directora de investigaciones y en 1982 al College de France. Fue la segunda mujer en enseñar en esta prestigiosa institución luego de Jacqueline de Romilly. También fue presidenta del Consejo Nacional del Sida durante varios años a partir de 1989.
Su principal aporte consistió en renovar el estructuralismo de Claude Levi-Strauss. Africanista, feminista no militante, era partidaria del matrimonio homosexual pero no de la GPA, la gestación por substitución (o vientre de alquiler). Fue una abanderada de las luchas por la igualdad y se apasionó por las nuevas filiaciones y las utopías científicas.
La dominación masculina
El punto central de sus investigaciones fueron los fundamentos universales de la dominación masculina. “Se dice que un hombre no puede contraer matrimonio con tal o cual mujer. Pero no se dice nunca que una mujer no puede casarse con tal o cual hombre. De hecho, las mujeres nunca han sido sujetos de derecho, capaces de hablar por ellas mismas en los textos históricos”, explica Héritier.
Héritier llegó a París en 1946 soñando con ser egiptóloga. En la Sorbona realizará finalmente estudios de historia y geografía. La gran revelación que marcó su carrera fue asistir a un curso sobre la caza de águilas en la tribu Hidatsa (Dakota) que dictaba Claude Levi-Strauss en la Escuela Práctica de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS).
Héritier decide entonces orientar su carrera y su vida hacia la antropología social. En 1958 parte a estudiar los Samo (en el territorio que es hoy Burkina Faso) y luego los Dogon (Malí). Sus distintas estadías en África sumarán cinco años.
En 1982, con dos licenciaturas como único bagaje universitario, logra suceder al “maestro” Levi-Strauss, el hombre que, según ella, “encontraba orden bajo el desorden”.
“Los profesores del College de France eran hombres inteligentes y corteses. Pero esto no impidió que algunos, durante mi elección, borraran mi nombre de la lista, por principio, por el solo hecho de que yo era una mujer. Pienso que, intelectualmente, siempre me consideraron como su par. Pero siempre sentí, a pesar de todo, que detrás de la cortesía lo que había era condescendencia”.
Si bien fue la autora principalmente de libros académicos, en 2012 logró cautivar al gran público con un librito titulado “La sal de la vida”, deliciosa reflexión sobre su infancia.
Una de las últimas intervenciones en el debate público de Françoise Héritier fue sobre el caso Weinstein, en el canal de televisión francés France 5.
“Es importante que las palabras de las mujeres lleguen a la plaza pública como algo normal, evidente. Lo que se inculca a los niños desde sus primeros años de vida sobre las relaciones de sexo va a perseguirlos toda la vida. Cambiar estas representaciones es una tarea colectiva de toda la vida”, dijo François Héritier.
Nacida el 15 de noviembre de 1933 en Veauche (Loire), Héritier entró a la Escuela de Altos Estudios de París en 1980 como directora de investigaciones y en 1982 al College de France. Fue la segunda mujer en enseñar en esta prestigiosa institución luego de Jacqueline de Romilly. También fue presidenta del Consejo Nacional del Sida durante varios años a partir de 1989.
Su principal aporte consistió en renovar el estructuralismo de Claude Levi-Strauss. Africanista, feminista no militante, era partidaria del matrimonio homosexual pero no de la GPA, la gestación por substitución (o vientre de alquiler). Fue una abanderada de las luchas por la igualdad y se apasionó por las nuevas filiaciones y las utopías científicas.
La dominación masculina
El punto central de sus investigaciones fueron los fundamentos universales de la dominación masculina. “Se dice que un hombre no puede contraer matrimonio con tal o cual mujer. Pero no se dice nunca que una mujer no puede casarse con tal o cual hombre. De hecho, las mujeres nunca han sido sujetos de derecho, capaces de hablar por ellas mismas en los textos históricos”, explica Héritier.
Héritier llegó a París en 1946 soñando con ser egiptóloga. En la Sorbona realizará finalmente estudios de historia y geografía. La gran revelación que marcó su carrera fue asistir a un curso sobre la caza de águilas en la tribu Hidatsa (Dakota) que dictaba Claude Levi-Strauss en la Escuela Práctica de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS).
Héritier decide entonces orientar su carrera y su vida hacia la antropología social. En 1958 parte a estudiar los Samo (en el territorio que es hoy Burkina Faso) y luego los Dogon (Malí). Sus distintas estadías en África sumarán cinco años.
En 1982, con dos licenciaturas como único bagaje universitario, logra suceder al “maestro” Levi-Strauss, el hombre que, según ella, “encontraba orden bajo el desorden”.
“Los profesores del College de France eran hombres inteligentes y corteses. Pero esto no impidió que algunos, durante mi elección, borraran mi nombre de la lista, por principio, por el solo hecho de que yo era una mujer. Pienso que, intelectualmente, siempre me consideraron como su par. Pero siempre sentí, a pesar de todo, que detrás de la cortesía lo que había era condescendencia”.
Si bien fue la autora principalmente de libros académicos, en 2012 logró cautivar al gran público con un librito titulado “La sal de la vida”, deliciosa reflexión sobre su infancia.
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